Mi reverenciado jefe Seattle:
Parto con una sola pregunta: ¿De qué le sirvió el tremendo discurso? Sus palabras no se comprendieron en su tiempo y ahora nos persiguen. Fue cierto, ahora se han hecho realidad y antes que sea demasiado tarde debemos escuchar. Pero ¿Escuchar qué si seguiremos sin entender el significado de tanta retórica junta?


Me cuesta comprender su ingenuidad. Me cuestiono como jamás se percató que el “Gran Jefe en Washington” nunca envió saludos de amistad ni buena voluntad. Luego de sobrevivir tantos líos con los blancos no aprendió a conocerlos. Sus palabras pueden haber sido constantes como las estrellas, pero las de mis tíos no. Insisto ¿De qué le sirvió? ¿Para qué sus jóvenes, impulsivos como los llamó, dieron sus vidas si los ancianos no comprenderían el mensaje? Siempre es lo mismo ¿Qué saben los jóvenes sin experiencia? Es cierto que somos idealistas, que pensamos tener el mundo en nuestras manos y ser capaces de salvarlo. Sin embargo, esto no dura más allá de cuando nos damos cuenta que no tenemos futuro. Esto no es porque seamos unos vagos y nos lo hayamos arruinado, si no porque nos lo arruinaron. No se que fue lo que hicieron, pero lo echaron a perder. Quizás fallaron cuando dejaron de luchar por sus sueños,
transformándose en unos seres carentes de todo ideal. Fueron tan considerados que se dieron el trabajo de traspasar esto de generación en generación. Y después se quejan, refunfuñan que el futuro se ve negro. Desde pequeños nos quitan las alas y cambian el sentido de las palabras sueño y verdad. ¿Entonces? Los jóvenes dieron sus vidas para evitar lo que se preveía. Nunca llegaron a confiar en el hombre blanco de tantas palabras y pocas acciones. Y después de todo, siguen desconfiando de la realidad
de tantos mozalbetes… ¿Qué tanto pueden ellos saber?
¿De qué le sirvió, si terminaron en una reserva que apenas les serviría de hogar? ¿De qué le sirvió confiar en la gente blanca? Se sintió bien consigo mismo, hizo lo que sus antepasados hubieran hecho. Jefe, hay algo que no tomó en cuenta, o quizás no quiso tomar en cuenta: Los blancos provienen de una cultura radicalmente disímil. En su actualidad el honor simplemente era una palabra anacrónica (Imagínese como es hoy). Para ustedes significa un mundo, una eternidad, para nosotros los blancos, carece de todo sentido. La eficiencia no se basa en el honor, como así tampoco la tecnología, ni el capitalismo. Si de algo le sirvió por favor “pase el dato” ya la frustración de un luchar poco furtivo (No para mejorar el mundo entero, si no sólo el mío), imposibilitan mi vivir.