Un dia cualquiera me acerqué a una tienda de discos y rebuscando encontré un titulo que compre sin pestañear.
Llegado a casa lo comencé a escuchar.
Era un tema tan deliciosamente romántico que tuve ganas de estrenarme.
Gire a mi alrededor y vi que no había nadie a quién invitar a danzar.
Me encontraba en verdad tan sólo, que quise llorar.
Cuando el disco dejó de sonar, lo guardé pensando en que algun día con alguien lo bailaría.
Pasados unos dias, fuí invitado a una fiesta.
Llegué, entré y poniéndome algo de beber me dirigí con decisión a una de las esquinas del gran salón.
Allí descansaba una larga pila de discos, comencé con disimulo a mirar los titulos de éstos e increiblemente descubrí el del disco que había comprado días antes: "La canción del amor".
Solicité que por favor fuera puesto el primero cuando la parte lenta comenzara a hacer su aparición.
La fiesta se fué desarrollando con normalidad y llegaron las lentas, sonó "La canción del amor" en primer lugar.
Yó me había fijado en una chica que estaba sentada sola en uno de los sofás.
Me acerqué y la invité a bailar. Con una sincera sonrisa me dijo: "Si".
La cogí la mano y comenzamos a bailar, la apreté suavemente contra mí, escuchando los latidos de áquel que le íba dando la vida.
En un momento, se separó un poco de mí.
Nuestros ojos se cruzaron y nuestros labios se unieron.
Cuando acabó "La canción del amor", la invité a un paseo por la ciudad.
Sin darme cuenta en verdad, llegamos hasta el portal de mi vivienda.
La conté que tenía el disco que habiamos bailado y sin dejarme acabar me dijo con su sincera sonrisa: "súbeme a tu casa y déjame bailarlo contigo otra vez".
Subimos a mi apartamento, nos pusimos cómodos, la invité a una copa y acto seguido saqué el disco de la funda.
Mientras ponía el mismo en el aparato, élla me abrazó por la cintura y sentí apoyar su cabeza sobre mis hombros.
Cuando comenzó el tema a sonar, me dí la vuelta con suavidad, la agarré por la cintura y empezamos a bailar.
De nuevo sentí el latir de su corazón. Se apartó y me miró, nos besamos y allí mismo acabamos haciendo el amor.
Pasado un tiempo no volví a saber de élla, pensé que se había olvidado de mí, me encontraba sólo de nuevo.
Un día sacando cosas para limpiar, encontré el disco, aquél tema: "La canción del amor".
Mirándolo con nostalgia, sonó el teléfono y sin casi creerlo me encontré con élla en el otro lado del aparato.
"Vuelvo a la ciudad, no te he olvidado, tuve cosas que hacer, quiero estar contigo en tu casa de nuevo", me dijo sin titubeos, con voz firme.
Quedamos para el dia siguiente, el timbre de la puerta sonó y abriendo la misma, trás ésta apareció.
Después de ponerse cómoda y de contarme lo que hizo fuera de la ciudad, me rogó que pusiera el disco de nuevo.
Suerte para mí que sabía dónde lo había dejado, lo saque de su funda y lo puse.
La pedí bailarlo y con su sonrisa abierta y sincera me dijo ese tan deseado: "Si".
Bailamos varias veces el mismo, nos miramos, nos besamos y nos amamos ....

Escrito por Carlos Them.

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