En una tarde nostálgica recordé aquella despedida ¿lo recuerdas?, estábamos en el parque quise besarte y tu dijiste ¡no! Yo no entendí el porqué de tu respuesta si siempre que nos veíamos era con amor, pasión y ese fuego que no quema si no es abrazador, pero algo en ti cambio pues ese día tu mirada se volvió fría, ya no había más esa pasión en tus ojos y ese fuego abrazador se convirtió en el fuego que quema y destruye lo que encuentra a su paso.
No entendí él porque entre tus palabras te despedías de mi si tus ojos al verme decían “quiero continuar” mientras tus palabras decían “ya no te quiero más”, llorando me dejaste en ese lugar en donde tantas veces nos besamos, en el lugar en donde nos conocimos ¡ja! Fue divertido como nos conocimos ¿no crees? Ahí entendimos que existe un destino y no hay casualidades.
Después de unos meses todo cambio el bello atardecer se convirtió en un triste atardecer mientras yo veía como soltabas lentamente mi mano y tus lagrimas recorriendo tu rostro, yo llore como no tienes idea en esos momentos, la soledad me abrazo mientras mi corazón aclamaba la muerte, camine sin rumbo alguno durante horas, la tarde se convirtió en noche y las estrellas brillaron pero no veía ese hermoso brillo con el que abrazan la tierra.
Y hoy se ha cumplido un año desde que me dejaste solo, triste y llorando sin darme la oportunidad de tan solo decirte por última vez te amo, sin dejarme tocar tu rostro como solía hacerlo demostrando todo mi cariño, por eso en esta tarde nostálgica como si el destino repitiera a aquel día. Pero la despedida la vengo hacer yo, con este ramo de claveles y estas lagrimas en mi rostro entregando en ellas todo el amor que me quedaba para ti, que duerme en una cama de amor eterno y yo frente a tu sepulcro sin poder verte, solo me queda decirte, adiós mi amor aun que nunca más te vuelva a ver.
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