El Hombre de Plástico. ¿En qué nos estamos convir-tiendo
El Ser Humano como parte de la Naturaleza
¿Cual es el origen del Universo?. ¿El Big Bang?, ¿La Creación espontánea y continua?, ¿Un Ente en crecimiento?.
Tal vez estas interrogantes superiores no tengan importancia ante los temas que trataremos.
Lo cierto es que en parte pueden estar relacionados, ya que hace 4500 millones de años, aunque por ese entonces no existían los años ni los millones, se creó el Planeta Tierra.
Este hermoso Planeta, es el medio donde tuvieron lugar acontecimientos asombrosos.
El más importante para nosotros, es la aparición o creación de Seres Vivos, a partir de compuestos orgánicos primarios.
Esta alquimia natural, practicada en un teatro especialmente adecuado por las condiciones de temperatura, presión, atmósfera y sustancias nutritivas, fue el detonante que hizo posible el surgimiento de las primeras células u organismos unicelulares, que fueron la Genesis primordial de la creación vital del Planeta.
Según una teoría, todos los seres vivos habitantes de la Tierra, somos parientes.
Plantas, Animales, Insectos..., y así hasta llegar a organismos elementales como las bacterias y otros menores aún que la célula, como los virus.
Inicialmente surgieron los organismos primarios, que luego fueron complicando sus estructuras, perfeccionando sus medios de locomoción, especializándose en la captura de determinado tipo de alimentos, y diversificando sus funciones, siempre con tendencia a ir a más, ampliando los espacios vitales y aumentando los mecanismos de defensa y agresión.
Al pasar los años por millones, los organismos acuáticos en un principio, se fueron haciendo muy complejos, y algunos, saliendo del mar, se afincaron en tierra, como ciertos organismos vegetales, que dieron origen a la vegetación actual.
Otro desarrollaron medios de locomoción como aletas o patas, se hicieron autónomos y vagaron libremente por los mares alimentándose de algas o de sus hermanos menores.
Algunos de estos seres autónomos como peces, moluscos y crustáceos, dejaron el mar y se afincaron en tierra, dando lugar a la creación de todo el Reino Animal actual.
Todo esto es conocido, y forma parte de una de las Teorías más aceptadas en este momento: La Evolución.
Los Animales, entre ellos los Humanos, fueron adaptando su funcionalidad a las condiciones medioambientales y se fueron generando los hábitats ecológicos, que comprendían cadenas biológicas en las cuales la supervivencia de cualquier ser, dependía directamente de la existencia de un número variable de otros seres u organismos, que constituían o producían la base de su nutrición.
Esto significa que el Hombre, como integrante del Reino Animal, es sustancialmente un ser natural; o debería serlo.
Aunque estamos muy mal dotados para la supervivencia en medios agrestes, salvajes, o en una intemperie con variaciones climáticas acentuadas, es evidente que esto no siempre fue así.
La Inteligencia del Hombre, le ha jugado una mala pasada, desde un principio. A partir de que el Ser Humano ha hecho uso de su intelecto, comenzó a estar en desventaja, desde el punto de vista natural, con sus semejantes del Reino.
Perdió el pelo que lo cubría, a partir del momento en que comenzó a habitar las cavernas
Al hacer uso de las armas que inventaba, se fueron debilitando sus músculos, y el cocinar los alimentos luego del dominio del Fuego, hizo que sus mandíbulas de volvieran frágiles, y sus dientes romos y blandos.
Como con el tiempo se hizo dominante, ya no necesitó de aguzados sentidos para detectar enemigos y como defensa, por lo que los Sentidos, especialmente el Olfato y el Oído, perdieron precisión y comenzaron una atrofia paulatina.
El Ser Humano como integrante del Reino Animal, y desprovisto de Armas, Abrigo y Alimentos, es uno de los Seres más indefensos del reino.
Cualquier perro cimarrón o gato montés, alimaña, e incluso muchos insectos, acabaría en esas condiciones con la vida de cualquier integrante de la Especie Humana actual, en una lucha cuerpo a cuerpo.
Esto significa que somos un poco el resultado de la moderna tecnología.
La Supervivencia del Hombre en un medio natural, sin elementos defensivos artificiales ni herramientas para construirlos, y donde haya animales de presa cohabitando, es prácticamente imposible.
No es un misterio entonces que nuestra existencia individual y la de la Sociedad actual, esté basada en la Inteligencia, el Intelecto y el Razonamiento Lógico.
Somos Seres que ante una amenaza cualquiera, creamos el Arma específica para destuirla
Por eso el Humano reina en el Planeta sin enemigos naturales reales, aunque sí potenciales; pero eso lo saben hasta los propios enemigos o competidores por espacios vitales, que se limitan a cederle el paso, ya que en caso contrario son eliminados.
Tal es la situación del Humano, con respecto a los demás Animales y Seres Vivos, que prácticamente la suerte de todas las Especies y la Biomasa, está en sus manos, y hasta su propio destino.
Lamentablemente no ha habido una planificación por parte de la Especie Humana, dirigida a preservarse a sí misma, y como Rey de los Reinos, cuidar del mantenimiento general de la creación vital.
Esta falta de planificación surge de la circunstancia de que el Poder del Hombre, sobrepasó los límites de sus necesidades vitales.
Se hizo tan poderoso en base a sus ingenios tecnológicos, que ha sido capaz de someter a casi todos los demás Seres vivientes.
Todo ha sido producto de una evolución acelerada, y no planificada.
El Ser Humano, que en un principio debió luchar unido contra la Naturaleza y los Animales depredadores, también se especializó en la caza de otros animales para devorarlos.
Cuando el desarrollo de los instrumentos de caza le permitió asegurar el sustento diario, aparecieron otros hombres hambrientos, con intenciones de arrebatarle las presas.
Entonces el cazador exitoso, debió idear medios que le permitieran rechazar a los invasores, y si eran tenaces, destruirlos.
Evidentemente, las armas para abatir a un Ser Humano, deben ser muy efectivas y contundentes, porque si sólo es herido, volverá reforzado y preparado para hacer un nuevo intento.
Así es que luego de los conflictos étnicos, esas armas, cada vez más perfeccionadas, se volcaron a la caza de otros animales y su sometimiento, abordando cada vez seres de mayor porte y más poderosos.
Además domesticó animales, creó razas nuevas para que le proporcionaran leche, carne, lana, cueros y muchos insumos más, que le ayudaron a vivir mejor y más confortablemente.
También abordó medios que le eran extraños, como el mar y la atmósfera, volviéndose Señor del Planeta, siempre apoyado por una tecnología, que lo hacía invencible, independientemente de su fuerza, valor, destreza, condición física y edad.
A tal punto, que un muy débil Ser Humano, pudo, a una gran distancia, terminar con la vida de un rinoceronte o un gran elefante, con sólo jalar un gatillo o pulsar un botón.
El Ser Humano ha accedido a las facultades de los Dioses.
Ya no comparte espacios vitales, simplemente se apodera de ellos, o los desertifica eliminando ecosistemas completos que albergan a muchas especies.
Crea nuevas razas animales o tipos vegetales en su provecho.
Manipula Bacterias, Virus y hasta Genes en su afán de dominio.
Se va adueñando de la Creación, no siendo ajeno ningún campo de ésta, a su intromisión
Es el Amo del hábitat vital en el micro universo superficial de la Tierra.
Tal el Humano como Especie, en relación a la Naturaleza, en este fin del segundo milenio de nuestro calendario.
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-.II.-
El Animal Fracasado
Entonces, en cierta forma, estamos desde el punto de vista natural, ante un Animal fracasado.
Ciertamente, el éxito natural, implica haber sobrevivido con el equipo original, y sólo con el auxilio de accesorios naturales como las armas primitivas: piedras, palos, trampas, lanzas, boleadoras, etc.
La existencia de animales en estado salvaje, puede darnos una idea del éxito de los mismos.
La especialización y el mejoramiento por Selección Natural, ha creado Seres naturalmente invencibles, tales como los grandes representantes del Reino Animal: Elefantes, Rinocerontes, Hipopótamos, Tigres, Leones, Hienas, y todos los integrantes que pueblan las zonas selváticas y agrestes.
Estos seres salvajes, no han necesitado pensar demasiado para alimentarse.
Han fortalecido su piel hasta hacerla impenetrable por medios naturales, sus huesos, mandíbulas, dientes, garras y músculos, han seguido el mismo proceso de robustez, proporcionándoles medios de defensa y agresión.
El Ser Humano ha seguido un proceso inverso, que lo ha venido despojando de los atributos que le permitirían la supervivencia fuera de la civilización, aunque esta pérdida ha si-do compensada con creces por el desarrollo del Intelecto, que ha propiciado el diseño y fabricación de ingenios y herramientas que suplen las deficiencias derivadas de la atrofia de esos atributos.
Si comparamos nuestro sistema óseo, con el de un humanoide de hace 500 mil años, comprenderemos sin lugar a dudas, que lo que se ha ganado en Inteligencia, se ha perdido en fortaleza y robustez.
El Ser Humano social actual, es el producto de un perfeccionamiento artificial, paulatino pero constante.
Ha creado hábitats especiales en los cuales reina, que están compuestos por muchos sectores. El principal en la actualidad es el hábitat urbano.
La Ciudad es un lugar especialmente diseñado y creado para el Hombre.
Un medio donde todos los demás animales, son considerados inferiores y tratados como intrusos, donde todo Ser que no sea Humano, ni lo que él considera doméstico, es extraño y no puede entrar.
Los potenciales devoradores de hombres o depredadores letales, son encerrados en jaulas en zonas diseñadas para su exhibición o estudio, donde permanecen hasta el día de su muerte, en una especie de prisión perpetua en castigo a un inocente, pues los que realmente atacan a un Humano, son eliminados sin contemplación de circunstancias.
Además el Hombre se ha atribuido el derecho de crear Especies animales nuevas, como las razas vacunas actuales, orientadas a proveer específicamente carne, leche y cueros.
También los ovinos, productores de lana y carne, y muchas otras como porcinos, equinos, caprinos, etc.
¿Cuál es la parte Natural que va quedando?, pues muy poca.
El Ser Humano modifica el paisaje superficial de la Tierra, eliminando bosques y accidentes geográficos importantes, desvía cursos de agua, crea lagos artificiales, afectando el clima y los sistemas eco biológicos establecidos desde hace millones de años.
No le hemos preguntado a nadie, ni hemos pedido permiso formalmente. Las modificaciones se hacen sin saber las consecuencias a largo plazo sobre la Biosfera, y no hay límites a la vista.
Además el hecho de no tener enemigos, y de haber llegado al dominio de las Enfermedades, es un éxito agorero para la Humanidad.
Ha aumentado considerablemente la expectativa de vida, transformando en longevos a la mayoría de los humanos.
Al haber disminuido los porcentajes de muertes por causas naturales y patológicas, la Tierra se está superpoblando.
Cada año aumenta el número de Seres Humanos, en una proporción tal, que dentro de 50 años, seguramente no habrá agua ni alimentos para todos.
Así es que se avecinan tiempos aciagos para la Especie.
Ya tenemos algunas muestras de lo que vendrá: las hambrunas de África y América del Sur, y las superpobladas China e India.
Aún en el caso de que se hiciera una distribución adecuada de la riqueza, sería sólo para aplazar un acontecimiento que de todas formas se producirá.
Faltarán tierras cultivables y agua potable para tantos Seres, además las fuentes de Energía caducarán, y no podremos climatizar ni cocinar, los pueblos de zonas inhóspitas deberán emigrar, produciéndose desplazamientos masivos y concentraciones humanas desbordadas.
Esto dará origen a conflictos étnicos locales, que luego se generalizarán. Hay ejemplos a la vista.
El Hombre, Rey de Reinos, ha pasado los límites, por querer poseer más de lo que sus necesidades le exigen.
El Ser Humano ha pisoteado a la Naturaleza, que es patrón y referencia de todo Ser Viviente.
No ha tenido en cuenta sus Preceptos ni sus Leyes, de modo que no sólo se ha convertido en un Ser Artificial, sino lo que es más grave, en un Ser Antinatural.
Ha dejado de ser un Animal, y se alza con las pretensiones y poderes de un Dios, postulándose como Fiscal, Juez y Señor de la Creación, ¿?, decidiendo sobre la vida y la muerte de todo lo que existe en esta Tierra tan agredida y vejada.
Entonces el Animal ya no es, ha fracasado o se ha superado, dejando el Reino terrenal para pasar a ser qué?.
Aquí surge la paradoja de que siendo más poderoso que nunca, es un ser débil y vulnerable, que en ausencia de planificación se fagocitará a sí mismo, o ante un cataclismo cósmico cuyas probabilidades aumentan con el tiempo, desaparecerá irremediablemente devorado por la enfermedades y por los integrantes mejor dotados de su propio Reino.
Muchos dirán: Este razonamiento no es correcto; el Ser Humano ha evolucionado y se ha perfeccionado.
Creo más bien que el Ser Humano se ha desnaturalizado.
Este Ser moderno, ya no se conforma con espacios vitales y territorios que superan ampliamente sus necesidades, sino que con dinero adquiere vastas extensiones territoriales.
Estas propiedades privadas, son zonas vedadas al establecimiento de grupos humanos necesitados y animales salvajes.
Se utilizan como Estancias, Latifundios, Establecimientos Agropecuarios, Campos Ga-naderos, etc.
Pero son territorios exclusivos de una persona, familia o sociedad, que se transforma en zona prohibida.
La tierra es patrimonio de los Reinos Animal, Vegetal y Mineral, Pero el Hombre se ha asignado su Administración, y otorga certificados de propiedad a los ricos y poderosos, quienes eliminan a los Seres y las Especies que habitan, invaden o transitan sus feudos, aunque esos lugares les pertenecían desde mucho antes de que el Hombre apareciera sobre la superficie terrestre.
El proceso es conocido: se toma posesión de la propiedad, se talan los árboles para tener más superficie cultivable o praderas.
Se laborea la tierra, se desvían cursos de agua, se forman lagos artificiales eliminando además selva y maleza, refugios de animales potencialmente peligrosos.
Con la instalación de sistemas de riego, se completa la aniquilación del entorno ecológico natural autosuficiente.
El predio está preparado para una explotación agrícola ganadera extensiva o intensiva, eso poco importa, lo que importa es que cuando el Hombre se retira de esos territorios, dejará tras de sí un desierto, produciendo grandes huecos en las cadenas biológicas animales y vegetales, que traerán aparejada la desaparición de algunas Especies de esos Reinos.
Así que no sólo pretendemos no ser más animales, sino que propiciamos la desaparición de una Fauna y Flora autóctonas, que son hábitat y alimento de seres salvajes, potencialmente depredadores o agresores, y les quitamos la vida en forma planificada, para que ellos tampoco sigan siendo animales.
En muchos sentido somos los chicos malos de la Creación.
Mirémonos con los ojos de un animal salvaje, una Jabalí, un Carpincho o una Liebre.
Ocupemos su cuerpo durante una cacería, o en un terreno con trampas, y sabremos de la falta de compasión del Hombre, y del poder de sus armas. Nuestros hermanos nos han olvidado.
El Hombre, más cerca de los Dioses que de los Animales, moldea la Creación a su gusto y necesidad, sin consultar a la que es dueña real de todo lo que existe: la Madre Naturaleza y el Planeta al fin.
Aún no ha habido respuestas la decisión unilateral del Humano, de modificar la superficie de la Tierra y los sistemas eco biológicos.
Estamos jugando con juguetes ajenos, y apropiándonos de lo que no es realmente nuestro.
Comencemos a prepararnos para dar una explicación a quien venga con propiedad a exigirla, porque no aceptará la excusa de que somos animales ignorantes de lo que hacemos.
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-.III.-
El Hombre como producto social.
Dejando a un lado la parte natural, es evidente que el Ser Humano y el Hombre Moderno entre ellos, se comporta como un individuo social.
Con respecto a este segundo tipo, sería bueno preguntarse si el Hombre Moderno creó la Sociedad, o si la Sociedad lo ha creado a él.
Desde los albores del origen humano, el humanoide comprendió que viviendo agrupado, podía proteger mejor a sus descendientes y parientes.
Los grupos familiares unidos, eran menos vulnerables que los individuos aislados.
La existencia de territorios especialmente ricos en flora y fauna, agua dulce, lugares sombreados para el descanso, y defensas naturales contra potenciales agresores, produjo la concentración de varias familias.
Eran lugares no muy extensos, como islas, mesetas, costas de ríos importantes donde acudían los animales a beber y alimentarse.
Estos asentamientos primitivos, darían lugar a los clanes, concentraciones que se acercaban más a una sociedad primitiva u organización primaria, con intereses y necesidades comunes, división de tareas, guerreros y autoridades.
El elemento integrante de estos conglomerados humanos, aprendió a compartir los territorios por necesidad: la proximidad les daba protección.
Debió ser solidario, entregando o permutando las presas que le sobraban luego de cubrir sus necesidades, ayudando de esta forma al bienestar general.
Aprendió a defender su descendencia y la de sus vecinos, de potenciales depredadores y a obedecer las decisiones de las Autoridades.
Era el comienzo de las reglas de convivencia, que cimentaban el camino constructivo de las futuras Civilizaciones.
Los Clanes habitantes de tierras especialmente ricas, se vieron asediados por otros, provenientes de zonas pobres o que se volvían inhóspitas en las estaciones frías.
Estas tribus agresoras, hijas de la necesidad y el sufrimiento, se volvieron guerreras, pues debían conquistar mejores territorios donde habitar, conseguir mejores alimentos y abrigo.
Cuando esos territorios eran ubicados, comprobaban que ya estaban habitados, y de esa forma comenzaron los conflictos étnicos.
Las zonas eran autosuficientes para los residentes, pero cuando llegaban los visitantes, el aumento del número de individuos hacía crecer la demanda, por lo que se creaban desequilibrios ecológicos que traían escasez y hambre.
Cuando pasaban los fríos, los nómadas volvían a sus tierras anteriores, las que hallaban repobladas de flora y fauna, hasta el próximo invierno.
Esta secuencia volvía a repetirse todos los años, por lo que los desbordados sedentarios decidieron fortificarse y construir armas para rechazar a los nómadas, dando origen a las guerras territoriales.
Mientras tanto los Clanes vecinos se reunían en comunidades mayores, tales como aldeas y pueblos, con autoridades comunes, intereses, deberes y obligaciones.
En este momento surgen los Oficios, los guerreros o combatientes, los que construían las fortificaciones, los armeros, pastores, agricultores, molineros y todos los que contribuyen a una sociedad autosuficiente.
Y tal vez lo más importante de todo: surge la idea de la Enseñanza, de la especialización, el aprendizaje de los oficios y el concepto de instructor o maestro, como consecuencia de más diestro, dedicado a la preparación de los aspirantes a determinado oficio o profesión.
La aparición de la Enseñanza, es tal vez el acontecimiento más trascendente en la historia de la Humanidad.
La capacidad del Ser Humano de traspasar las experiencias y los conocimientos adquiridos a otros seres que carecen de los mismos, fue el detonante del vertiginoso avance del intelecto humano.
El nacimiento de la Información como instrumento y como arma.
Surge la idea de Sociedad como grupo cerrado, autosuficiente y autoabastecido.
Estamos al borde del establecimiento de los conglomerados urbanos, que serán la base de las Civilizaciones.
La aparición de los Oficios, trae aparejada la creación de grupos de artesanos, para la atención de demandas que no podría cumplir uno solo, por ejemplo, espadas para los defensores del Pueblo, o herraduras para sus caballos.
El hecho del afincamiento de tantas personas en el mismo espacio físico durante períodos prolongados de tiempo, dio origen al amor a la tierra y la vivienda, por lo que surge como una necesidad la idea de propiedad.
Además los artesanos y oficiales, al perfeccionar sus obras, necesitaron talleres y lugares de trabajo que no era posible trasladar, por lo que se impone el establecimiento de la propiedad como una forma de garantizar la producción de alimentos e insumos.
Nace la Civilización, y como consecuencia la urbanización de la Sociedad.
La construcción de las Ciudades, es el mayor de los acontecimientos sociales de la Humanidad.
La Ciudad es el único lugar donde el Hombre se siente invulnerable y a salvo del ataque de cualquier animal, excepto del propio Hombre.
Es el hábitat donde comienza la existencia artificial del Ser Humano. Hay que remarcar este acontecimiento, pues el Racional abandona el contacto directo con la Naturaleza, y se convierte en un Ser completamente diferente al que era: el Ciudadano.
Aparece el Hombre como producto social; el ser individual se transforma en un engranaje.
Ya no será más dueño de sus acciones, deberá hacer lo que específicamente haya elegido o se le asigne.
Encontrará en la Ciudad, el más increíble tirano inventado por el hombre: el Tiempo; y conocerá a su implacable ejecutor, el contador de períodos denominado Reloj.
No volverá a descansar cuando lo necesita, con comerá cuando tenga hambre, sino cuando sea la hora apropiada.
Se aseará todos los días de su vida, no comerá el fruto de cualquier árbol, sino el de su propio huerto, y sólo en algunas ocasiones verá salir el Sol u ocultarse.
Ahora tendrá obligaciones ineludibles, responsabilidades, compromisos, deberes..., y muy pocos derechos.
Aquel Ser conocido por todos, apreciado, querido y respetado, pasará a ser un ignoto integrante de la muchedumbre, al que se le ha asignado un número de documento.
Será extraño hasta para los vecinos de al lado, que no lo saludarán.
Un buen producto social, asimila los inconvenientes, capitalizándolos en su provecho.
Acata a la perfección las normas y las leyes, sacando ventajas de su incógnita, que le ayuda a disimular sus errores.
Sabe que no deberá trabajar tan arduo para conseguir su alimento diario, y que el sistema le brinda la oportunidad de aprender una profesión y ser una apersona útil a la Sociedad.
Comprueba que el trabajo intenso, deja buenos dividendos, y se embarca en una desenfrenada carrera por mejorar su status.
Las posibilidades de encontrar pareja son muy amplias. Hay para elegir, aunque la elección no siempre es la correcta.
Aparece también la selección del Trabajo: para sí, para otros, o para el Estado.
Hay algunas diferencias en esto.
- Trabajando para sí, debe hacer la mayor cantidad de producción en el menor tiempo posible.
- Trabajando para otros, la menor cantidad de producción en el mayor tiempo posible.
- Trabajando para el Estado, no hacer nada, esperando que el tiempo pase lo más rápidamente posible.
Tal el Hombre como producto social, es cómodo, práctico, rápido, eficiente y competitivo.
Pero tiene sus defectos: es débil, cada vez menos hábil y resistente, cansino, con tendencia a la ociosidad, y con los sentidos en atrofia paulatina. Aunque ha aumentado su ingteligencia y su expectativa de vida.
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-.IV.-
Tecnología y Plastificación
La Inteligencia del Ser Humano ha ido evolucionando a una mayor velocidad que su cerebro y su cuerpo.
Si bien el avance del Cerebro es asombroso, la evolución de la Humanidad, no ha sido producida por uno o algunos individuos aislados, sino que ha sido posible gracias a la recopilación y asimilación de cada generación, y del cúmulo de experiencias, conocimientos y descubrimientos de todas las generaciones anteriores.
Este aprendizaje general de los vastos campos investigados anteriormente, es lo que da origen a la Ciencia, que es la sumatoria de todos los conocimientos, experiencias e investigaciones realizados por las generaciones anteriores, y debidamente asentadas en la Historia.
Estas informaciones servirán a su vez de base, para la ampliación del conocimiento científico de las generaciones futuras.
Los progresos en el campo de la ciencia y el conocimiento científico, trajeron aparejados como una consecuencia directa, el nacimiento de lo que sería el soporte práctico del Poder del Hombre, y su imposición sobre todos los Reinos del Planeta: La Tecnología, como producto de la investigación científica y la inventiva, aplicadas a la concreción de las Ideas.
La diferenciación entre el Humano y el Animal, se inició con el Razonamiento, el análisis, la comparación, la deducción y la prueba o aplicación experimental de la Idea.
Razonamiento, descubrimiento, inventiva, experimentación, aplicación y concreción.
Con esa maquinaria, el Hombre inicia su camino superficial.
Creando las Herramientas, los Utensilios y las Armas.
Estos inventos del Espécimen, serían los primeros logros tecnológicos concretos.
Primitivos ingenios artificiales, que le dieron mayor seguridad y más poder de defensa y agresión. Mayor éxito en la caza y la pesca.
Por primera vez llegaba a evitar el hambre sistemáticamente, minimizando las posibilidades de fracaso en la cacería, domesticando animales, criando ganado, y cultivando la tierra auxiliado por sus herramientas.
Ahora podía por fin descansar, y disponía de más tiempo para pensar, planificar y experimentar; lo que trajo como consecuencia, un aumento paulatino de su capacidad craneana.
El avance del intelecto, derivó en una especialización implícita.
Surgieron las Ramas de la Ciencia.
Había personas que se dedicaban a perfeccionar los logros obtenidos, mientras otros profundizaban las investigaciones, hasta que llegaron a desarrollar un razonamiento que trascendía los conocimientos anteriores y se ubicaba en zonas desconocidas: el Razonamiento Lógico.
Eran así creadas al Ciencias Abstractas, bases del conocimiento del Hombre Moderno: las Matemáticas, la Geometría, la Filosofía, la Astronomía y las extraordinarias consecuencias de sus aplicaciones.
Esta información acumulada, desembocaría en las Ciencias Aplicadas, como la Física, la Química, la Biología, etc., que a su vez serían el soporte de nuevas creaciones tecnológicas, que aumentarían el Poder y la capacidad de hombre, para encarar obras de mayor envergadura.
Estos acontecimientos desembocan directamente en la Revolución Industrial, el evento que consagra fuera de toda duda, el predominio del Hombre a nivel planetario.
Ya no depende más de la tracción a sangre ni de la fuerza bruta.
Ha nacido la máquina, un ingenio que multiplica la capacidad de creación del Ser Humano, y su performance ejecutiva.
El Motor de vapor, el Diesel y el de combustión interna, aplicados a la producción de alimentos en forma planificada y para el bien de la Humanidad toda, hubieran terminado con el hambre y la miseria en todo el planeta.
Pero las cosas no se dieron así.
Aunque en ciertas zonas la Ciencia y la Tecnología progresan a pasos agigantados, en otros lugares hay seres que viven en forma semejante a los de la Edad de Piedra.
Decenas de millones mueren de hambre anualmente por vivir en zonas pobres, semidesérticas, sin ser asistidos ni siquiera con los excedentes que se destruyen en las zonas ricas, para mantener elevado los precios a nivel internacional.
Estas son las contradicciones de un modernismo descontrolado, que ha olvidado las virtudes de aquellos Humanoides primitivos que se ayudaban mutuamente, compartiendo las presas en épocas de hambre, y cuidaban celosamente su descendencia y la ajena para lograr la supervivencia de la Especie.
Aquellos que enterraban a sus muertos con provisiones suficientes para el largo viaje, para que durante el mismo, no sufriera el triste flagelo del hambre.
Entonces comprobamos que toda esa tecnología, beneficia directamente a una pequeña parte de la Humanidad.
No es un logro de la Humanidad en general, sino de una parte ínfima, integrada por seres privilegiados, genios y sabios, que han creado, aplicando los conocimientos científicos, una tecnología que consideramos humana, a ludiendo a la humanidad como Especie, la que se vería beneficiada con estos inventos.
Terminemos con la farsa, esas personas sabias, superdotados por la Naturaleza, han creado esos ingenios buscando un beneficio personal.
Los promotores de la Revolución Industrial, se cuidaron muy bien de proteger la Propiedad Intelectual, patentando sus inventos y construyéndolos por encargo.
Todos los inventores modernos patentaron sus inventos antes de darlos a conocer.
Evidentemente, antes de hacer un bien a la Humanidad, manifestaban en primera instancia un interés económico particular.
Este comportamiento no disminuye en nada el mérito de su genialidad, pero deja en evidencia que los móviles de sus creaciones, no eran humanitarios ni solidarios.
Con estos ingenios artificiales, el Hombre dejó de formar parte de la Naturaleza, convirtiéndose en un Ser Artificial, no por ser creado artificialmente, sino porque entró a depender cada vez más, de los instrumentos creados por él.
El Intelecto Humano, sufrió un empuje mayor que el producido durante todos los milenios anteriores.
El Racional manipula la Materia con una precisión tal, que asombra a los inventores del año anterior.
Estamos en el umbral de algo desconocido, todos lo presentimos, dominamos en la tierra los cielos y el mar.
Pero analicemos algunas de las consecuencias del avance desmedido.
El Ser Humano actual, integrante de las Sociedades Modernas, como quien dice el ciudadano del Mundo, despojado de los enseres de la Civilización, es esencialmente igual a aquel personaje que peleó en las luchas por la Independencia, o que construyó las Pirámides de Egipto, pero vive en forma muy diferente.
Podemos tener una idea de la forma de vida en el pasado, sin luz eléctrica, agua corriente, ni servicios sanitarios eficientes.
Careciendo de información sobre los acontecimientos contemporáneos, sin carreteras, automóviles y ni siquiera existía el reloj de pulsera.
Sin Televisión, Radio ni Teléfono.
No existía el Acero, el Nylon ni el Teflón,
Sin kerosene, gas, ni encendedor.
Cómo podía esta gente vivir sin estos insumos, es un misterio.
Por eso es que somos Mujeres y Hombres de Plástico. Porque nuestra existencia sin los elementos mencionados, no tendría sentido.
El Hombre actual se despierta con una melodía, prende la luz, se levanta y pasa al sanitario, donde encuentra casi natural la existencia del grifo, el inodoro, el espejo, la ducha con el agua caliente esperándolo, el cepillo dental, la pasta, la afeitadora y el peine de plástico.
Una vez realizado su ritual mañanero, se calza unos jeans o la vestimenta adecuada a su desempeño.
Lleva medias de dacrón, zapatos o calzado sintético, baja en ascensor, y se va a cumplir con su deber en bus, automóvil, motocicleta o bici.
El Hombre de hace doscientos años apenas, no hubiera podido hacer nada de esto, simplemente porque esas cosas no existían.
Esta pequeña muestra del Ciudadano al levantarse, es para establecer una diferencia entre como vivían nuestros tatarabuelos y nosotros.
Comprobamos además, que el Hombre ha ido desnaturalizándose, artificializándose, sintetizándo-se, y plastificándose.
La plastificación le ha hecho perder sensibilidad, solidaridad, y muchas otras Virtudes asociadas.
Tiene acceso a todos los conocimientos anteriores, los que da por sentados, y a partir de allí, conduce su propia investigación y búsqueda de la información, la que una vez obtenida es almacenada y procesada por un intelecto superior que nos ha convertido a todos en sabios.
No tenemos acceso al Poder, pero sin duda somos Seres Sabios, comprendemos los procesos naturales y artificiales que han producido toda la Creación actual.
Pero tenemos un defecto peligrosísimo: vivimos el momento, no somos previsores a lar-go plazo, y nos importa un comino como quedará el Planeta luego de nuestra muerte.
Seguimos modificado el medio ambiente, agotando las fuentes de energía y el agua potable, destruyendo los sistemas biológicos que no nos interesan y contaminando y envenenando la atmósfera y los mares.
Además el Hombre de Plástico se multiplica sin control, superpoblando el Planeta, por lo que su futuro no es muy promisorio.
Tal vez la plastificación trae como consecuencia la insensibilidad, la indiferencia y el egoísmo, tres antivirtudes que pueden llevarlo a la autodestrucción. Ojalá que esto no sea verdad.
-.V.-
Programación y Robótica
Las Escuelas, los Institutos Educacionales y las Universidades, son inmensos programadores de Seres Humanos.
La constitución del Humano, puede ser considerada de muchas formas.
A los efectos de este Ensayo, ofrecemos la siguiente:
A) La parte inconsistente es la que habitualmente se nombra como Alma o Espíritu.
Creo que a estas alturas sería más correcto denominarla Unidad Primordial, Administrador Divino o Conciencia.
Es el lugar donde se forman las Ideas, los Pensamientos, y se produce el Razonamiento, la Asociación y la Síntesis.
Clasifica la Información que sirve y la que no, haciendo la identificación, el análisis, la comparación y la selección.
B) La parte consistente es la materia del Cuerpo Humano, que se compone a su vez de dos muy importantes: 1) el Cerebro, y 2) el resto del Cuerpo.
- El Cerebro es un depósito de información y un centro de control y manejo del resto del Cuerpo.
- El resto del Cuerpo es un convertidor de alimentos en Energía, un vehículo autónomo para trasladar las otras dos partes del Ser Humano, y un recaudador de Información y Conocimientos mediante los Sentidos, que luego, de acuerdo a su importancia serán asentados o no en los amplios bancos de memoria cerebrales.
Comencemos por el nacimiento.
El Recién nacido es un Ser que viene sin programa.
El Ser Humano viene con su memoria vacía, sin carga.
Otros animales o insectos ya vienen con importante información genética que conforma el instinto primario, y tienen aptitud de supervivencia a las pocas horas de nacidos.
Nuestro caso es muy diferente; debemos ser protegidos, abrigados, alimentados, aseados y enseñados, lo que en términos modernos sería programados.
Aunque cueste aceptar la idea, realmente es así.
El bebé entra al Planeta y comienza a reconocer el entorno con los sentidos.
Su Cerebro comienza a asentar los datos, quien o cual es la persona que le brinda los primeros alimentos, lo trata con ternura y le habla con amor.
A esa persona preferirá entre todas; todos los demás serán visitantes en su mundo...
Así la parte consciente comienza a formar la memoria, las primeras sensaciones, quien viene cuando grita, se siente mal o tiene frío.
Arranca el procesamiento de datos, todo es analizado, cotejado y estudiado.
Al principio se asienta todo, porque hacen falta datos, pero luego comienza la selección: lo peligroso, lo necesario, lo placentero, quien me trata bien, quien no me quiere.
Todos estos detalles los saca del entorno.
Salvo la enseñanza del Lenguaje, no hay nada planificado, y hasta en el aprendizaje de la lengua, deberá sacar sus propias conclusiones, ya que seguramente no le darán clases de fonoaudiología, sino que intentarán atrofiarlo hablándole con su propia pronunciación.
El aprendizaje hogareño no es definitivo, es importante pero no definitorio de futuras conductas.
La mayoría de los conocimientos primarios son archivados, y muy difícilmente habrá de recurrirse nuevamente a ellos.
El verdadero aprendizaje es el programado; la formación escolar primaria, la secundaria las profesiones y los oficios.
La Escuela es algo que nadie olvida, y generalmente se recuerda con amor y recogimiento.
Es en este lugar donde se adquieren los primeros datos interesantes y útiles en el desempeño social, donde se entra en contacto con la ciencia y comienza razonamiento abstracto.
Se nos muestran los peligros de la convivencia social, y los más grandes nos enseñan a respetar a los mayores y a ubicarnos en la sociedad.
Pero la Escuela Primaria es una programadora básica, masiva y premoldeada.
De ella salimos todos con el mismo nivel de conocimientos, asimilados en mayor o menor medida, pero pensando básicamente igual.
Es una formación común para todos, que nos hace muy bien y nos hermana.
Una Comunidad donde todos somos iguales y se nos trata en forma muy similar.
El primer y único ejemplo de que la igualdad entre los Seres Humanos puede ser posible, sin que haya seres infelices.
Luego cambiará todo y vendrán las decepciones.
Los estadios superiores de la Educación, son solo perfeccionamientos y profundizaciones del primario.
Se tratan los mismos temas, pero mucho más profundamente, creándose infinidad de Ramas y Ciencias.
La educación secundaria amplía la programación primaria, y despierta el intelecto y el espíritu científico e investigador, dependiendo de la inteligencia y de las posibilidades económicas, la altura a que se llega.
El estudio Universitario hace las diferencias más marcadas en el grado de preparación y posibilidades.
Aquí se forman los seres que mandan, dirigen y ejecutan.
Adquieren las armas necesarias para ubicarse en posiciones de privilegio, y mantenerse allí.
El Universitario es dinámico, enérgico, seguro y aplomado, estas condiciones se van adquiriendo a medida que la programación avanza, y los bancos de datos se van completando.
En definitiva somos seres programados de cuerdo a las necesidades de una sociedad cada día más ávida de información y conocimiento.
Las personas cuyo ciclo de programación se ha interrumpido por diversos motivos, se vuelven dóciles y manejables por los superiores.
Hay un elemento que permite a las personas comportarse como profesionales universitarios sin serlo: el Dinero.
Esta herramienta artificial ideada por el Hombre, puede hacer que un ser con asimilación programática reducida, pueda decidir el destino, la realización y la formación de grandes genios y sabios iluminados.
Muchos seres preclaros debieron seguir caminos tortuosos e ignotos, habiendo sido potencialmente muy útiles a la Humanidad, por carecer del apoyo de un mecenas.
Entonces, luego de la programación, los individuos sociales se comportan como robots.
Por ejemplo: En un cruce de calles, un automóvil se detiene ante un semáforo que le cambia la luz al rojo.
Es el único automóvil en esas calles desiertas a esas horas de la noche.
Pasan veinte segundos y cambia la luz al verde. La persona arranca y se pierde en la noche.
Es un robot, ha sido programado para detenerse ante la luz roja, y solo podrá avanzar cuando se ponga la verde.
Otro: Son las 9:50 a.m., una persona tiene apetito; mira su reloj y se resigna, sabe que no debe ingerir alimentos hasta el mediodía. Es un Robot con ingestión temporizada.
Otro: Suena el teléfono en una casa; corren varias personas para atender; son robots que se han programado para tender el teléfono inmediatamente, cuando éste suena.
La programación es auditiva, y produce una especie de desesperación por atender el llamado.
Son pequeños ejemplos de personas robotizadas, con programas bien asimilados, que son manejadas por luces, relojes y sonidos.
La robótica aplicada al Ser Humano, da muy buenos dividendos: el sistema se usa en las grandes fábricas, la producción seriada, y la empresa privada en general durante los horarios laborales.
Además es aplicada sistemáticamente en los ejércitos y las policías del mundo.
En la actualidad todos tenemos en cierta medida algo de robots. Si no fuera así, no sería posible la vida civilizada.
Si los programas se borraran, las ciudades se convertirían en tierra de nadie y sobrevéndrían la anarquía y el caos.
Los programas ponen orden en el comportamiento humano y lo mejoran, permitiendo la vida en sociedad y la coordinación del funcionamiento social; haciendo cumplir el Derecho y las Leyes, y respetando la dignidad de las personas y los animales.
El problema son las transgresiones.
Son muy peligrosas y crean precedentes, por lo que se castigan con mucha severidad.
Los individuos sin programa, que no aceptan la programación, o con programación de-fectuosa, son considerados antisociales, y por adoptar conductas agresivas contra las personas o el orden establecido, son juzgados como delincuentes y confinados en lugares especiales.
El Hombre ha sido muy atinado en este camino.
Sin esta aceitada maquinaria, no hubiera sido posible concentrar millones de habitantes en pequeños espacios, como los ocupados por las ciudades modernas.
Una demostración más del avance del intelecto humano.
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-.VI.-
Aplicaciones de los Descubrimientos, la Ciencia y la Cibernética.
Ningún Ser es fácilmente programable ni acepta los programas con docilidad.
La parte consciente del ser humano, debe estar dispuesta a aceptar las enseñanzas y auto-rizar su asentamiento en los bancos cerebrales.
Sin esta predisposición, será imposible obtener los resultados perseguidos.
Este el caso de gran cantidad de personas que por necesidad, se ven obligadas a realizar tareas que no son de su agrado, seguir carreras contra su voluntad, casarse con una persona no deseada y muchas otras situaciones.
Entonces surge el concepto de rebeldía.
La parte inteligente se niega a la programación, y no permite asentar la información en el cerebro, quedan grandes lagunas, sobreviene el desinterés, y el aprendizaje fracasa.
Se dice que es rebelde, que no sirve para eso, o que no es apto por falta de facultades.
Las facultades en muchos casos están, porque esa persona tiene éxito posteriormente en una actividad que le resultó más interesante.
Lo que faltó fue la voluntad y la predisposición del intelecto.
De modo que no era apto para una profesión que no le interesaba, porque se le impuso, pero sí lo fue para la que eligió por vocación.
Las personas que no tienen la suerte de llevar a cabo su vocación, porque no les ha sido posible, o no la han descubierto, deben ejercer otra profesión para ser útiles a la sociedad y contribuir a su supervivencia.
Estos seres viven casi continuamente deprimidos.
Entre los que le han ofrecido, eligieron el programa que les pareció mejor o más fácil, sin advertir que su vida dependería de ese programa.
Llevan una existencia atormentada, soñando con un cambio que casi siempre es imposible.
Al darse cuenta del error, y la imposibilidad de repararlo, se tornan apáticos e insensibles, presentando un cuadro de continua disconformidad e incomodándose al menor contra-tiempo.
Estos seres insensibles, abundan en las sociedades actuales, que necesitan grandes canti-dades de personal, en tareas que no dignifican a la persona por su intrascendencia, falta de posibilidades de proyección, monotonía, insalubridad, o riesgo injustificado.
Entonces esta persona insensible, comienza a comprender su impotencia para cambiar el estado de las cosas.
El tomar conciencia de su imposibilidad, lo convierte en un personaje adusto y triste, de poco hablar, más bien contemplativo de los acontecimientos, muy dócil y obediente.
Al cabo de algún tiempo, sobreviene la resignación, que es la fase final del proceso de destrucción de la iniciativa y la voluntad.
La persona se convierte en una máquina que ejecuta todas las órdenes sin protestar.
Se terminan los reclamos y las pretensiones, y queda como a la espera de algún acontecimiento milagroso que lo saque de esa situación.
Comienza un divague por las diversas posibilidades, y siente una necesidad imperiosa de huir del entorno.
Cualquier pretexto le serviría para escapar, pero eso es una quimera.
Sin quererlo, encuentra la solución final a sus desventuras.
Decubre que en su interior existe un mar de sueños y de ilusiones, en el cual puede navegar sin restricciones.
Nadie le puede impedir que sueñe con que sus anhelos se cumplirán, y recibe un nuevo empuje que lo llevará hasta el final, impulsado por los motores más poderosos para reanimar la voluntad: la Esperanza y la Fe.
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El Androide
Los avances científicos y tecnológicos producidos durante el presente siglo, han aumentado el abismo que existe entre hombres y animales.
La estructura basada en la investigación, el descubrimiento y la creación, que sustenta la existencia de la Especie Humana y sus civilizaciones, es una construcción artificial.
Todo ha surgido de la Mente y las Manos del Hombre.
No hay ningún ser viviente que pueda revocar, rebatir, protestar o impedir un emprendimiento humano.
Somos muy poderosos e invencibles, pero podemos tener accidentes y somos falibles ante nuestros propios ingenios.
La indefensión ante las máquinas, herramientas, armas, y otros inventos humanos, es total. Todos nuestros accesorios auxiliares son potencialmente peligrosos, y pueden quitarnos la vida o mutilarnos.
Ante la muerte, la mayoría de las veces no tenemos solución.
Pero el avance tecnológico, el descubrimiento de nuevos materiales, los progresos de la electrónica, la miniaturización y los viajes espaciales, has contribuido a que muchas de las mutilaciones y partes destruidas del organismo, sean reemplazadas por prótesis.
Sin contar con las cirugías estéticas o modeladoras, con implante de sustancias y materiales ajenos a la naturaleza humana.
Si entendemos por Androide a un individuo humano al que se le han efectuado sustituciones de órganos, miembros o partes de éstos, y reemplazado esos componentes del cuerpo por elementos artificiales; o se le han agregado sustancias ajenas a su naturaleza para mejorar su apariencia y aspecto físico, o aumentar las performances en competencias etc, etc, llegaremos a la conclusión de que gran parte de los seres humanos actuales, somos realmente androides.
Comencemos por cosas simples, como puede ser una peluca, un diente de oro o porcelana o una dentadura completa, un par de gafas, un aparato para sordos, etc.
Pasando por los implantes de siliconas, hasta las uñas y pestañas postizas, todos son ele-mentos artificiales y extraños, que cumplen funciones de auxilio, ante la ausencia o atrofia de partes de nuestro cuerpo.
Además tenemos a las personas que dependen de medicamentos o ingenios artificiales como máquinas o aparatos electrónicos para mantenerse con vida.
No daremos ejemplos para no complicar el concepto.
Uno de los últimos casos de androide altamente tecnificado, es el Astronauta.
En su cápsula o traje espacial, es asistido por un alto número de dispositivos que le permiten mantener la presión arterial, respirar, comunicarse y desplazarse en un medio que le es letal.
La Tecnología ha invadido nuestras vidas, sin que nos diéramos cuenta.
Hoy, que despertamos automáticamente con un reloj electrónico, una máquina nos limpia los dientes, otra nos prepara el café, otra nos afeita; con otra nos comunicamos con el trabajo, otra nos lleva a trabajar.
Nos controlan el horario de entrada y salida, aumentan la producción industrial, nos tienen actualizados en la información o nos brindan buena música.
Nos elevan o bajan varios pisos en pocos segundos, sin esfuerzo alguno de nuestra parte, y tienen la posibilidad de mostrarnos acontecimientos que se producen en lugares muy lejanos, en forma simultánea al hecho y con los colores y sonidos del lugar.
Son aparatos que hace apenas 100 años, no hubieran sido creíbles, aunque obraron en la imaginación de seres preclaros.
Hoy son realidades concretas.
Además hay máquinas que pueden hacer cosas insospechadas.
Antes, en el siglo pasado apenas, un viaje intercon-tinental demoraba veinte o treinta días en condiciones que serían hoy tachadas de deplorables.
En estos días una máquina puede llevarnos a esa distancia en solo pocas horas, con el máximo confort y seguridad.
El hecho de que aceptemos estas cosas como naturales, significa que nos estamos convirtiendo en androides mentales; somos dependientes de nuestros propios inventos.
¿Qué puede pasar si a una gran ciudad le cortamos la energía, el agua corriente, la red cloacal, impedimos la circulación vehicular y levantamos su pavimento para que aflore la tierra que había antes de su construcción?.
Todo se transformaría en un caos que no hemos apreciado ni en el más cruel cine catástrofe.
Los seres dependientes se quedarían sin elementos de apoyo, por lo que muchos dejarían de funcionar, pues no estarían en condiciones de aceptar programas que implicaran una carencia total de dichos elementos.
El sistema social se desorganizaría, y los individuos dominantes, pasarían a ser los que carecían de esos insumos.
No es posible esta situación, pero hay una posibilidad de que esto ocurra en una guerra o un cataclismo.
La tecnología aplicada a las armas, ha acompañado este proceso de modernización y avance.
Hoy un solo hombre al pulsar un botón desde su avión o de un teclado remoto, puede destruir un pueblo o una ciudad y escapar ileso, para repetir su hazaña.
Tenemos la posibilidad de convertirnos en monstruos depredadores más peligrosos que los dinosaurios, pero sin el respaldo de excusas de supervivencia a nuestros actos.
Todos estos avances científicos han ido produciendo una pérdida de sensibilidad y una atrofia paulatina de los sentidos y de la reacción natural ante los fenómenos climáticos y ambientales.
Cuando el sentido de la vista es afectado, y disminuye la capacidad de discernir objetos cercanos o lejanos, somos auxiliados por lentes apropiados.
Si no escuchamos bien, existen aparatos de amplificación del sonido que nos ayudarán a mejorar la audición.
Si hay problemas en la ingestión de alimentos por falta de piezas dentales, una prótesis o un implante dental nos devolverán las facultades masticativas.
Y así tendremos que para suplir cada función del cuerpo humano, hay diseñado un dispositivo o aparato que mejora el desempeño.
Se sustituyen huesos gastados o destruidos en accidentes, por similares de aleaciones metálicas especiales.
La prótesis ósea cuenta con muchas posibilidades de éxito.
Ante la falta de un miembro, se diseñan miembros ortopédicos muy efectivos.
Los riñones son auxiliados o suplidos por la máquina de diálisis.
Un corazón defectuoso es apoyado por un marcapasos, etc., etc.
Por último tenemos en estos tiempos, algo que siempre se soñó, pero que solo contemporáneamen-
te ha sido posible el trasplante de órganos.
Aquella persona que sufre la atrofia, el desgaste o la pérdida patológica de un órgano vital, ha llegado al fin de sus días.
La tecnología moderna permite que una persona fallecida en un accidente violento o un donador voluntario, sea desguazado, y sus órganos reciclados en pacientes cuya existencia depende de un riñón, un hígado, un corazón, un pulmón..., de otra persona.
Estas son las primeras muestras del intento del hombre, de ir contra natura.
Si bien es cierto que nadie desea morir, si este hecho puede ser evitado, no es menos cierto que el ser humano está prolongando su existencia mucho más de lo necesario y sufi-ciente.
Estamos llevando a muchos ancianos a una existencia miserable y dolorosa, por evitar un fallecimiento que de haberse producido, hubiera sido mucho más digno, y habría dejado un recuerdo más grato de esa persona, que puede terminar hemipléjica, postrada, imposibilitada y dependiendo de los cuidados personales de otros, que no desearían estar en esas situaciones.
Estas son las consecuencias del modernismo, del avance de la Ciencia, y del miedo del hombre a la muerte.
Ha nacido el hombre compuesto, un ser humano que sobrevive gracias a un órgano donado por otro que ya está muerto, o le vendió ese órgano.
Hay muchos entre nosotros, son seres normales y demuestran que lo material puede ser reutilizado aquí, pero lo abstracto no es reciclable.
Todo este manejo de los componentes humanos, ha desembocado en la manipulación ge-nética y la creación artificial de seres por clonación.
Aún no se ha logrado desarrollar un ingenio capaz de sustituir al útero de la mujer.
Ese artificio sellará la suerte de la Especie Humana.
Ya no serán necesarios madre y padre en la creación. Éstos serán empleados en el man-tenimiento de las máquinas, y como suministro de óvulos y espermatozoides.
Y con el paso del tiempo ni eso, pues los seres serán obtenidos por clonación y programados masivamente.
El fin está cerca, ya puede verse el polvo levantado por los jinetes. Procuremos que se detengan, tal vez decidan regresar si cambiamos muestro comportamiento.
Aboguemos por que nuestro destino que hoy está en nuestras manos, continúe estándolo. Aún somos dueños del futuro.
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-.VII.-
Consecuencias de la Información condicionada, intencionalidad
el Poder y los Medios
Aparte de los seres normales, cuya integridad no ha sido agredida, modificada o injertada, pululan sobre la superficie de la Tierra, una gran cantidad de seres que son asistidos artificialmente para poder sobrevivir, desempeñarse o simplemente verse mejor.
Pero no olvidar que en transcurso de la vida, todos los seres humanos recibiremos asistencia o cuidados para poder conservar la existencia, y luego de los cincuenta años, casi todos pasarán a depender o usar ingenios o artefactos que mejorarán su vista, su oído, o serán implantados con prótesis.
Somos seres frágiles y débiles, que condicionamos nuestras acciones a la información recibida: visual y auditiva, esto es oral o escrita, algo muy fácil de probar.
Son las 6.00 a.m., suena el despertador o se enciende el radio reloj.
La señal auditiva solamente nos avisa que es esa hora.
Esta simple información, desata el programa cerebral que comprende el ritual de levantarse.
A la señal del reloj nos levantamos, nos aseamos, preparamos nuestro cuerpo para una larga jornada, desayunamos, y partimos para el trabajo.
Lo hacemos automáticamente, sin pensar ni analizar nuestro comportamiento, y somos obedientes al extremo.
Si alguna persona adelantara nuestro reloj tres horas, luego de que nos hemos dormido, y sin la referencia de otro reloj con la hora correcta, nos levantaremos a las 3.00 a.m., cumpliremos la rutina y saldremos para el trabajo.
Si no descubrimos nada anormal en el trayecto, nos daremos cuenta del error porque demora en aclarar, o están cerradas las puertas del edificio.
Nos hemos convertido en seres automáticos, y obedecemos a la información recibida.
Por ejemplo: Escuchamos la radio mientras desayunamos y el informativo meteorológi-co dice; Temperatura 5ª C, se anuncia la formación de tormentas y lluvias aisladas.
Al salir tendremos puesto un abrigo, e iremos con un paraguas en la mano.
Este comportamiento da la pauta de que obedecemos ciegamente a la información reci-vida.
Si esa información hubiera sido emitida erróneamente con intencionalidad subliminal o implícita, tendríamos que aunque el día sea soleado, la mayoría de las personas que escucharon esa emisora, irían por las calles con abrigo y paraguas.
Podría ser un buen método para medir la audiencia, pero fuera de lo jocoso del episodio, el método de difusión errónea o condicionada, es uno de los más poderosos instrumentos del manejo de masas.
El Ser Humano condiciona sus acciones a lo que ve o escucha, es decir, a la captación de datos.
Si esos datos son seleccionados con criterios tendenciosos, las masas se moverán en la dirección que se desee, con emisiones o ediciones convenientemente diseñadas.
Esto se denomina Poder de los Medios, y se basa en el que animal humano se torna dócil y manejable, si le presentamos una realidad aparente, basada en fragmentos de la verdadera, agrandados o atenuados, apoyados por medias verdades, hipótesis, supuestos y deducciones encubiertas y tendenciosas, con fines determinados.
Estas formas del manejo de masas son empleadas ampliamente en la sociedad moderna, por las Administraciones de los países, las grandes empresas, las religiones, las fuerzas armadas y las Instituciones integradas por masas humanas importantes.
También se emplea el método por parte de empresas de publicidad, los medios de difusión y las prensas oral, escrita y televisada.
Como en esa información se maneja la verdad a medias, una realidad parcial y mucha imaginación en la elección de las palabras o las imágenes, las personas tienen dudas, y es entonces que se citan ejemplos que terminan con las indecisiones, influenciando al individuo en sus partes más sensibles.
La intención última es la de trabajar sobre los programas mentales, modificándolos o implantando nuevos, para que la persona cumpla una orden, tenga preferencia por un candidato, se decida por un producto o cambie su decisión o modo de pensar.
El problema viene cuando el hombre descubre la intencionalidad y se da cuenta que se ha trabajado sobre su programación, produciendo un cambio de sus ideas.
Tal el caso de los productos que no dan resultado, o cuando uno se da cuenta de que está tomando una bebida sin tener sed; cuando el candidato que votó no cumple sus promesas preelectorales, se da cuenta de que ha sido engañado.
Pero el producto ya ha sido comprado y muchos como usted, compraron, así que dio resultado el mensaje implícito con un fin determinado: el producto se vendió, ahora a reclamarle al espejo.
Este despertar a la realidad auténtica, produce la rebelión del ego que se siente burlado, y se manifiesta como una ira contra uno mismo, tras la comprobación de que hasta el más piola puede llegar a comportarse como un estúpido servil, y el consuelo viene por el lado de que la mayoría mordió el anzuelo, así que no fue tan idiota como se pensaba, pues un gran engaño repartido entre muchos, se convierte en una pequeña porción.
Las personas carentes de programa, o con programa defectuoso o insuficiente, son muy proclives a aceptar estas programaciones especiales, y las asientan sin más en su disco duro.
Son Seres que viven fuera de época, desconfiados, para quienes todo lo que se encuentra fuera de sus programas, es malo o perjudicial.
La desaparición de un dato del programa, por ejemplo un producto que deja de fabricarse, como un medicamento o un perfume, produce una conducta errática y una desorienta-ción inicial, pero el objeto no es borrado de la memoria, y quedará asentado como una quimera.
Los seres que han llegado a descubrir y comprender estos manejos indeseables de la conducta humana, pueden esquivar los embates de la información condicionada o subliminal.
Aunque no están libres de colisiones, se manejan mejor en sus vericuetos, que los desprevenidos transeúntes de los Medios.
Aunque el ideal de la información es que ésta sea objetiva, veraz y no tendenciosa, hasta el más honesto comunicador o productor de información, tiene su polarización establecida, y hay cosas que nunca dirá.
Y si bien no hará daño con su información, jamás beneficiará a sus rivales.
La telaraña es muy fina; hay que tejer con mucha delicadeza, además, entre tantos hilos, uno que quede flojo, no se notará. Y aunque hay quien lo nota, la masa no lo notará, y siempre la masa es el objetivo final de los fuertes y los poderosos.
Pero sin ellos, la muchedumbre quedaría sin guías, líderes y caudillos, por lo que no ha bría a quien reclamarle por su infortunio, ni a quien echarle la culpa por su desamparo y su impotencia.
Sería una masa desorientada y sin interés, que podría ser tomada por jefes inescrupulosos, y ser utilizada con fines espurios en pos de metas que habitualmente son perjudiciales para la propia masa.
En consecuencia, el Poder hace ver a las multitudes como un objeto maleable y manejable, y quien maneja muchedumbres, con mucha mayor facilidad manejará a los individuos.
Por eso es que el hombre de plástico, el moderno hombre social, tan inteligente y promo-cionado, como ser individual, no tiene valor.
Representa solo una pieza y un número.
Si causa problemas o aspira a más de lo que el poder le asigna, es removido y sustituido en un acto intrascendente, que afecta solamente al desplazado, y no por eso la sociedad ni el mundo detienen su marcha.
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-.VIII.-
La conducta errática, los errores, el éxito y el fracaso.
El hombre como envase descartable.
Los desafíos que la Sociedad plantea al hombre actual, son tan diversos como las posibi-lidades de realización y fracaso.
Los lugares sociales seguros son los que están bien respaldados.
El respaldo puede provenir de una sólida posición económica, de una profesión rentable, de un banco de conocimientos muy amplio, de relaciones influyentes, del oportunismo de una idea, del azar, o de una combinación de las anteriores condiciones entre otras.
El hombre de plástico es un ser muy versátil y multiuso.
Perseguirá con un tesón y una fuerza increíble el éxito.
El currículum de los seres humanos de hoy, implica múltiples empleos, y en tareas muy dispares, pero aunque no quiera aceptarse, la preparación inicial y la base teórica del sujeto, juegan un papel muy importante.
En un principio tal vez no sirvan de mucho, pero cuando surge la oportunidad de compe-tir en base al conocimiento, habrá entrado en un terreno fácil, donde será muy difícil desplazarlo o prescindir de él.
Por este motivo, los programas completos, desbordantes de datos, son la característica común de la mayoría de los triunfadores.
Se van terminando los tiempos en que los analfabetos se hacían de grandes fortunas.
Hoy el camino seguro es mucho más largo y sacrificado, está lleno de obstáculos y se debe enfrentar a duros competidores.
Las armas son los conocimientos y la experiencia, de allí el camino errático del hombre de plástico, acumulando información y experiencia en diversos tipos de tareas, que irán fortaleciendo su intelecto y su habilidad.
Esta necesidad de acopio de datos, lo convierte en un pescador, siempre atento a lo que hace el vecino, preguntando y practicando a su debido tiempo.
Somos seres a los que todo dato les sirve, tenemos hambre de saber.
Esa necesidad es la que ha creado el abismo entre el hombre y el animal, la que ha creado al Hombre de Plástico, y todo induce a pensar que lo llevará a devorarse a sí mismo.
La inquietud de hormiga roja que tienen los seres de avanzada, no siempre lleva a la realización de acciones exitosas.
Como la Sociedad es un medio multicompuesto y extremadamente complejo, el azar y la suerte, entendiendo a estos elementos como coincidencia entre la oferta y la demanda, juegan un papel tanto o más importante que la preparación.
Por este motivo, la falta de oportunidades y la inquietud por desempeñarse en tareas rentadas, puede llevar a la persona a tomar decisiones equivocadas.
El apresuramiento ante una oferta tentadora, puede hacer despreciar un trabajo que a largo plazo hubiera sido más rentable y seguro.
Los apremios económicos, los malos consejos, las ambiciones desmesuradas y otros factores, pueden nublarnos la vista momentáneamente, y por mirar el peñasco cercano, dejaremos de ver la montaña, más lejana pero más segura.
El error de apreciación es mucho más frecuente de lo que imaginamos, y existe un número muy grande de seres humanos que están arrepentidos de haber despreciado aquella oportunidad en que les ofrecieron el lugar en que hoy se encuentra un triunfador.
Luego de los cuarenta, la mayoría de las personas hemos vivido una experiencia de ese tipo.
El fracaso social no es mayoría ni mucho menos.
Representan casos aislados que casi siempre tienen causas y motivos bien determinados.
La Sociedad habitualmente brinda nuevas oportunidades en los casos de fracasos accidentales, por mala planificación, ineptitud, e inclusive fraudulentos.
La Civilización es una maquinaria que se acerca mucho a la perfección, y siempre necesita piezas de repuesto, y las personas que no han tenido el éxito que esperaban, pueden reciclarse en nuevos emprendimientos, con pequeños retoques en su programación, que les permitirán adaptarse mejor a las nuevas exigencias.
Con empeño y dedicación en la empresa, es difícil que el fracaso vuelva a presentarse.
Todas las personas, mujeres y hombres de plástico, somos importantes, aunque nadie lo note.
Con nuestro trabajo y nuestro desempeño cotidiano, estamos haciendo marchar la maquinaria humana, siendo los principales actores de los acontecimientos contemporáneos, y somos imprescindibles para nuestra propia existencia.
Pero así como nuestros ancestros fueron importantes en su momento, y hoy ya no lo son, nosotros también dejaremos de ser importantes.
Cuando nuestra programación se vea afectada por un cerebro que no puede procesarla, cuando el cuerpo no obedezca a la perfección las órdenes provenientes de su mente, si tenemos la desgracia de perder algún miembro, si muere una parte de nuestro cerebro, en ese momento dejaremos de ser útiles, y nuestro protagonismo social no será necesario.
Los seres que no pueden ejecutar su programa son dejados de lado, y considerados infe-riores, se vuelven insignificantes.
Contra su voluntad, no tienen valor económico ni social.
Son los mismos seres que un día despreciaron a los que se encontraban en su situación actual.
El camino de la vida, muchas veces es circular, y nos lleva a pasar dos veces por la mis-ma puerta; una por el lado de afuera y otra por el lado de adentro.
Allí comprendemos que hemos sido injustos: “¡Cómo pude haberme comportado como las personas que me eluden!. ¡Cómo no comprendí lo que se siente!.
Pero es muy tarde para enmendar errores, los hombres, mujeres y niños de plástico, pasan a su lado sin reparar en su drama.
Están ejecutando programas cada día más complejos, por lo que necesitan mayor cantidad de datos, así que no tienen tiempo para distraer su atención en ese ser que allegado casi al final de su vida útil, y no puede ser reciclado.
La mujer o el hombre de plástico del caso, atina de tarde en tarde a meditar, con la parte de su mente que ha quedado intacta, sobre la conducta y el comportamiento humanos.
Mi vida ha sido un camino difícil. He recibido buenos programas. Los ejecuté con aplicación y esmero, obteniendo casi todo lo que ansié: Una pareja, hijos, propiedades y un buen pasar.
La persona que elegí, hoy no está a mi lado, mis hijos no son míos hace ya mucho tiempo.
Las propiedades las manejan ellos, y el buen pasar en este estado no tiene nada de bueno.
Comprendió que el ser humano sin el pleno uso de sus Facultades y de su Cuerpo, se transforma en un objeto despreciable, origen de riñas y disputas.
La persona con deficiencias se convierte en un envase de lo que está dentro y que le da la Vida.
Este envase debe ser mantenido en el mejor estado posible, mediante el aseo y la nutrición, hasta que lo inconsistente se marche de él.
Cuando el hombre de plástico ha dejado de existir, sus restos, como habitualmente se di-ce, o sea el envase descartable, es tratado como deshecho y eliminado sin contemplaciones por vías expeditivas.
Analicemos fríamente este último instante de la vida, al que todos llegaremos irremedia-blemente.
Pongamos un caso concreto: la persona está viva y sorpresivamente sufre un paro cardio respiratorio sin posibilidades de reanimación artificial. El organismo muere.
Si hubiéramos pesado el cuerpo en vida y ahora, obtendríamos un peso idéntico.
La cantidad de materia de la persona es la misma.
Tiene todos los órganos que la mantenían con vida, toda su sangre, pero la persona está exánime: falleció.
Entonces algo se ha perdido, algo que no podemos medir, algo inconsistente, que le dio la vida a ese envase descartable, y que cuando se fue, lo mató.
¿De qué se trata?.
Eso queda para que lo piense el Lector, que seguramente no podrá dedicarle mucho tiempo al asunto, porque los hombres de plástico somos así, no debemos tratar ni pensar en temas que están fuera de programa.
Debemos guiarnos por la información recibida, la experiencia y los acontecimientos tangible y comprobables.
Los planteos teológicos y esotéricos no son reales, por lo que no existen, de modo que no es posible encararlos con los programas actuales.
Suministre más datos al ordenador, información insuficiente.
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