Sabia que era un asqueroso, su mirada, tan promiscua, tan vivida, me decía que solo quería jugar un poco conmigo. Pero fue el único que me exigió, con tantas ganas, como si me amara, sabia que no era así, pero quería sentirme amada, no importaba con ese pervertido, solo quería sentir caricias, y ya no mas favores o pagar para que me quieran. El lo hizo porque quería…
Mi único pretendiente, quería filmarme, como una estrella de cine, decía que era muy hermosa, que mis curvas eran matadoras, sabía que no era así, que eran mentiras, pero, ¿quién me diría algo así?
Bebimos, el alcohol me hizo toda una artista; las escenas salían por inspiración suya, y poco a poco por la mía también.
Se burlaba de mí y después me tocaba como si realmente me amara, esa noche me sentí tan mujer, ya no un monstruo de caricatura, que en la calle era objeto de risas…
El me amaba, me lo decían sus caricias, sus besos, esos que no sentían repulsión haca mí, los que pasaban por todo mi cuerpo, por mi alma.
Hicimos el amor, toda la noche, las copas de mas ya no me dejaba ser yo misma, y solo quería amarlo, y caí en su pecho perdiendo la conciencia…
Al despertar, lo encontré muerto, debajo de mi, frío como la Piedra, claro, una obesa como yo, que solo sirve para comer, y no para amar, maté al único hombre que no sentía asco de mí. Por eso amiga, te digo que prefiero decir que lo mate, a que se enteren la verdad y seguir siendo la burla. Porque prefiero entrar a la cárcel, que salir al infierno.
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