Elías estaba acabado, caminar le pesaba, el tiempo le pesaba, pensar que gastaba su tiempo haciendo lo que hacía, lo hacía pensar en lo interminable que eran sus días, y cuando terminaban, lo insatisfactoriamente cortos y malgastados que estaban.
Esa noche soñó que estaba en la playa, escuchando el crujir de las olas, el sonido perdido de las gaviotas flotando entre el húmedo y salino aire marino. Le preguntó al lado suyo, a una medusa que yacía desparramada sobre la arena.
"¿por qué mis problemas no tienen solución?"
dijo Elías y suspiró
para su sorpresa, la medusa respondió
"si el problema no tiene solución, no estás entendiendo bien el problema"
Elías sintió un rato los granos de la arena entre sus pies, y luego le preguntó "¿Qué quieres decir con eso?"
"que eres un cobarde Elías, tanto así, que escapas a esta playa, aún más ahora, que escaparás hasta la seguridad de tu cama"
y dicho esto, Elías despertó, y miró el alba despuntar por su ventana. Sintió un ligero aroma marino que se desvaneció entre el leve ruido del tráfico a esa hora de la mañana, pero no le dió importancia. Como era todavía muy temprano, cerró los ojos y olvidó, solamente olvidó. |