Nací un 29 de junio hace ya siete años, cerca de la mitad del río Guadalquivir, me crié en la grava del fondo, sin mucha atención, mi padre era un barbo gitano apodado el perilla, putero y bohemio, recuerdo como le gustaba cantar flamenco jondo, a lo camarón. A mi madre no la conocí, pero dicen que era pez de baja fibra moral, dándole que te pego al capitán Morgan, mi hermano mayor era poli toxicómano, abusaba de todo tipo de medusas venenosas, mi hermana de aleta anal floja y a mi abuelo le gustaba darnos con la de aquí, gran amante del tatiquieto.
Era un pececito que venia de una familia desestructurada, todo el día de aquí para allá, sin estudios ni porvenir, sin dar un palo al agua, con malas compañías, incluyendo percas, salmones, lucios. Cada uno de ellos con verdaderos historiales delictivos.
Así que tras un problema en los barrios bajos del río, hará un par de años, (historias con unas truchas-kings y unos gramos de plancton de por medio) decidí cruzar el río hacia el sur y ver el océano atlántico.
Me daba miedo claro está, pero no por abandonar mi hogar y a mi familia, ni siquiera por las truchas pandilleras, ni por el gran recorrido que tendría que hacer, lo que realmente me asustaba era que no sabia si un barbo podría resistir el agua salada que tanto hablaban los viejos peces del río.
Esa agua que se te metía por las aletas y las branquias y te dejaban como una mojama,
Era como la historia del hombre del saco, pero en versión marina, que miedo pasé…
Inicié mi viaje sin despedirme siquiera, con ilusión y pocas piedritas debajo de la aleta,
Me cruce con todo tipo de seres, peces, aves, roedores, moscas atadas a un hilo, e incluso con humanos, (aquí fue mi primer contacto con ellos) y con todo tipo de objetos, latas, ruedas, condones.
Aprendí mucho en mi viaje, pero no hice grandes amigos, todo eso llegaría después, en mi gran despertar como ser vivo.
Así que logré alcanzar la desembocadura del Guadalquivir, unas semanas después, sin piedritas y con mucha ilusión por saber que me deparaba el futuro y esa agua tan salada…
Continuará.
|