Tenía los ojos azules de tanto mirar al cielo. Sus pupilas incandescentes semejaban dos luceros. Corría por entre las nubes con gozo, alegría y sueño; Y en su boca una sonrisa como si fuese el primero. Silbaba bellas melodías, saltaba por los riachuelos. Tenía los ojos azules de tanto mirar al cielo.
Texto agregado el 28-06-2009, y leído por 258 visitantes. (8 votos)