Tu lengua tiene un halo
una estela
incandescente;
tu boca es un cometa
atravesando fugazmente
el pañuelo como un mundo
a punto de evaporarse.
Tu perfume es de aguijones
-hecho jirones te veo entremecerte
y me estremezco-
y clavo dientes
justo encima de tu cuello.
Y te respiro nuevamente
como invocando un nuevo tiempo
de balbuceos
de vericuetos
llenos de vientos
contra tu boca.
Entre paréntesis
y entre tu pelo
me pierdo
como en un laberinto de aire.
Y me gusta tanto.
Texto agregado el 26-06-2009, y leído por 173
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