LAS VIDAS DE UN HOTEL
Pasaba ya de media noche, estaba frío y pareciera que era el momento más obscuro de la noche, llegábamos después del trabajo, al hotel donde nos hospedábamos, en la ciudad de México, 2 compañeros y yo, estábamos tan cansados, después de trabajar largas horas, por fin íbamos a descansar, al llegar a la recepción, estaba sola, en un momento salió un joven y nos proporciono la llave de una habitación doble, el presupuesto era poco de manera que el hotel, si bien no era de mala muerte, tampoco era de 5 estrellas, tardamos un poco en subir al piso 4 donde estaba nuestra habitación , todo parecía tan lento, no se si era por lo cansado , la verdad es que el elevador avanzaba muy lentamente, o al menos eso me parecío, finalmente se abrió el elevador y salimos a un pasillo largo, donde solo se veían las puertas de las habitaciones vecinas, y al final del pasillo estaba una ventana grande casi del tamaño de la pared, y vimos a un señor parado observando por la ventana, de espaldas hacia nosotros, nos pareció extraño, pues seguramente pasaban de las 2 de la mañana, el señor tenía un aspecto elegante, y era inevitable observarlo ya que no había nadie mas y nuestra habitación estaba casi al final del pasillo, justo unos metros antes de donde estaba este señor parado, sin decir una palabra entre nosotros, pero como si nos hubiéramos puesto de acuerdo, nuestra mirada empezó a recorrer la vestidura del señor, portaba un sombrero de esos elegantes, con lo que parecía un abrigo largo tipo gabardina que cubría todo su cuerpo esbelto y de buen porte, dajaba ver sus pantalones saliendo después del abrigo, y estando a unos 3 metros de el, nuestra mirada se fijo en el final de sus pantalones, un escalofrío recorrió toda mi espalda hasta mi cabeza, nos dimos cuenta de que ¡no tenía pies!! Estaba suspendido en el aire, flotaba literalmente y en ese momento vimos como su cuerpo giraba hacia nosotros, fue espeluznante, los tres gritamos y corrimos hacia la puerta de la habitación llenos de pavor, sin ver el rostro de el, que parecía avanzar hacia nosotros, todo lo que pensábamos era en que esa puerta se abriera, pues era nuestra única escapatoria, el aliento nos faltaba y el terror recorría nuestro cuerpo, finalmente la puerta se abrió y entramos corriendo a la habitación, al borde del llanto nos preguntábamos uno al otro: --lo viste, lo viste?? No manches, no tenía pies...
el miedo nos impedía acercarnos a la puerta de la habitación, terminamos los tres en una de las camas sin poder dormir hasta que por fin amaneció, tocaron a la puerta y era nuestro jefe, que venía a despertarnos, lo supimos porque escuchamos su voz, abrimos y le contamos lo que había pasado, el escucho atento nuestro relato, y al final nos dijo: muchachos, tienen que saber que en los hoteles pasa una infinidad de cosas y muchas vidas se quedan en los pasillos, no podemos saber porque, talvez esa persona que vieron se suicido o no lo sabemos, son almas que no tienen descanso, lo que ha pasado en ese hotel, en esa habitación, o, incluso en esa cama, solo lo saben las almas que se han quedado en el hotel…
*Historia real, en la ciudad de mexico
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