Invierno.
La lluvia brilla.
Una tras otra las horas pasan y desde aquí vigilo bien la calle mojada. El
tiempo queda del todo desmenuzado y yo elijo mis propios segundos.
Abandono un instante el movimiento y persigo las sombras de la calle.
Todo enmudece.
No hay sonidos.
Ni siquiera ahora respiro…
Y salgo sin luz a ese camino de tierra donde las gotas de hierba se
pronuncian perpetuas…
Empiezo a saborear los sonidos de la noche, esas notas fluorescentes que
emergen de la tierra… elevándose a golpes.
La luna gigante parece estar cayendo dentro de mis ojos.
Yo asimilo casi del todo la locura que me invade, la ceguera de esta luna
que me atrapa.
La distancia es eterna y eternos los brazos de este miedo que me oprime.
Los sonidos se debilitan.
En la oscuridad mis movimientos son torpes.
Enseguida despierto.
Las palabras aún duermen cuando despierto.
Texto agregado el 26-06-2009, y leído por 108
visitantes. (4 votos)
Míra que belleza, "Las palabras aún duermen cuando despierto".Es un poema que se deja sentir,creíble y de una suavidad encantadora(Ese trueque con los sentidos es buenísimo para ejercitarse en la escritura),me gustó. bosquedelaureles
26-06-2009
Una ensoñación muy hermosa, de un paisaje tan natural...muy lindo!! lulita_64
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