¿Y tiene caso que lo diga ahora?
Más de una vez me preguntaste, más de mil veces quise decirte, pero ninguna lo conseguí.
Si no era el miedo, era el coraje, el desenfado, o el no creer.
Hoy me doy cuenta de que ninguna, no una sola de esas razones valía la pena; pero tú sí.
Y ahora me queda sólo el recuerdo, sólo el perfume, tan sólo un soplo, sólo el ayer… Ayer que pude haber procurado, que pude haber madurado, que hoy podría ser mi motivo, mi suspiro, mi sonrisa, mi razón para vivir.
Eres todo lo que quise, eres todo lo que aún quiero, y se que siempre querré.
Te amo y no se cómo recobrarte, no comprendo cómo pude alejarme tanto de ti, quiero regresar el tiempo, quiero decirte te quiero, quiero que sepas que nunca me imaginé sin ti.
Quiero tantas cosas niño, tantas y tantas cosas, y cada una de ellas… está impregnada de ti; cada uno de mis deseos tiene tan sólo un fin: que jamás te hubieras ido, que nunca te haya perdido, o que exista la esperanza de que regreses a mí.
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