Vos. Sí, vos. ¿Sabés hace cuantos días que le vengo pidiendo a tu jermu que saque la basura AN-TES de las siete? ¡A mí me hablás bien, jipi de mierda! Ese grandanés que vive alzado que tienen ustedes desparrama todo y me hace un enchastre. Es un asco esto, así no se puede vivir. ¿Exagerado yo? Pero exagerado serás vos, malviviente drogadicto. ¿Por qué no te hacés coger VOS por tu perro, hijo de puta? Mi Roque murió después de que lo agarrara esa bestia. Pero qué perdonáme ni ocho cuartos, mi cocker agonizó toda la noche por tu culpa, pedazo de esputo, sucio, degenerado mental, LACRA. ¡Pero qué vas a intervenir vos, jipi, pero interveníte las pelotas! NO ME CALMO NADA, hacé lo que digo, hijo de puta, hacéte romper el orto por tu perro a ver si salís mejor que Roque, que le quedó el culo como una amapola. Te quiero ver, con el orto dilatando como en la época del Reformador. O MEJOR: te voy a matar a ese perro psicópata y con la garcha grandanesa embalsamada te voy a hacer una patinosa, como hacían los federales. ENCIMA IGNORANTE, ¿ves que tenés que sufrir, desperdicio cloacal? Andá dilatando el orto, jipi de mierda, dilatá nomás.
Volví.
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