Si dejamos que se
descolgase la mano por
la pared fue porque
no teníamos necesidad
de verternos
en el líquido
encefalorraquideo
estertoreo de su
cuerpo que
caía y no dejaba de
ser mas de lo mismo.

Y el cuello bajo su piel
era más que la
mirada de
las personas que aprendieron
a follarle y
quitarle la ropa...

... Era la masacre de
sus arterias
que aprendieron
a no servir mas
que para urgar en sangre
ajena.

...

Estoy pésimo...