NATURA LAUS DEI (Sinfonía en verde)

Aldabas en las puertas, sirenas en los puertos,
titilando en los ojos los fulgores del alba,
bañando en esplendores los balcones abiertos
y tiñendo los cielos con matices de malva.

Y llegó la mañana brillante, con tal brío,
que abrió los girasoles y despertó la vida,
se llenó de reflejos la corriente del río
y en el campo la fronda le dio la bienvenida.

El Sol brilló con fuerza, repicó la campana,
el cielo fue un abrazo de limpio azul turquesa,
las aves se posaron sin miedo en mi ventana
y cantaron un himno de amor y de promesa.

Los árboles del parque se tiñeron de verde,
el frescor de sus hojas me llenó de esperanza,
para cantar al viento cuando el amor se pierde
y rece con la hierba cuando el sueño no alcanza.

Y fue verde la fronda y verde el mar al fondo,
tan verde como el jade, como brota la vida,
esa voz misteriosa que se oculta en el fondo
del bosque misterioso de una isla perdida.

Una gota de agua colgada de un olivo
me dijo que ha llegado la estación de las flores,
me olvide de los sueños que me fueron esquivos,
deje atrás el pasado y olvide los errores.