Era un día como cualquier otro en el pueblo Ócnivurs, un guerrero llamado Asged descansaba apoyado en una parte de la muralla que protegía al pueblo, todo estaba tranquilo y en paz. Pero, de repente, llegan los guerreros enemigos del pueblo Zek, su rey era muy malvado, se llamaba Freg, y era unos de los más poderosos reyes de esa época... A Freg sólo le importaba una cosa: La conquista del mundo. Asged tomó sus armas y empezó a luchar junto con sus guerreros aliados, pero eran demasiados y muy poderosos, Asged tenía que escapar del pueblo Ócnivurs, lo hizo, pero sintió mucha lástima al dejar a todo su pueblo atrás.
Asged se refugió en el bosque, sin comida, sin armas, sin nada. Unos minutos después, Asged ve una sombra pero no llega a ver de quién era, era como un humano, pero muy chiquito. El hombrecito se asoma y sale de su escondite: era un duende. Asged se sorprendió pero guardó la calma, el duende le dijo que se tranquilisara, Asged le pidió ayuda para salvar a su pueblo, y el duende le propuso que todas las bestias mágicas de ese bosque ataquen al pueblo enemigo, lo hicieron: y atisfactoriamente triunfaron, el pueblo Ócnivurs se fue reparando y poblando poco a poco, y ahora sí, definitivamente: tendrán paz para siempre... |