Hace mucho tiempo contaban los abuelos de la aldea, una leyenda de la época medieval donde existía la raza de los dragones azules.
No eran muy comunes. Eran de un color azul con pequeñas alas de color naranja. Podían vivir más de mil años de vida, y por ser tan viejos conocían muchos secretos, sobre todo acerca de las criaturas mágicas.
Ya se habían extinguido todos, y solo quedaba uno, que vivía en lo más profundo de un bosque cerca de un conocido reino de Alemania. Los animales del bosque lo llamaban Grampín porque cuando se enfurecía se le ponía los ojos color naranja, desorbitados, resoplando constantemente, para después lanzar grandes llamaradas.
Además por tener un carácter tan volátil era muy temido por los demás animales. Tenía unas garras tan afiladas que cualquiera lo pensaría dos veces antes de acercarse a él. Sin embargo no era un dragón cualquiera, era solidario, y afectuoso como ninguno. Pero los animales grandes y pequeños del bosque le tenían mucho miedo, y ninguno se acercaba a su cueva para hacerle compañía.
A esto se añadía las tremendas historias de los pobladores de las aldeas cercanas al bosque, que inventaban historias de que el pobre animal venía todas las noches a comerse todas sus gallinas y ovejas. Pero lo más triste era que la pobre bestia era vegetariana.
Lo que más indignaba al pobre dragón y le hacia perder la razón eran esos extraños seres que venían al bosque en sus grandes caballos vestidos con una vestimenta de acero y armas afiladas.
Venían al bosque a cazar animales, y a veces, se enorgullecían de la cantidad que atrapaban, no para comerlos, sino para exhibirlos en las paredes de sus castillos y hogares. Sin embargo, si se acercaban mucho a sus territorios e intentaban molestarlo, les escupía todo el fuego que le permitía su ser, y esto hizo que los caballeros armados no se acercasen mucho a su cueva ni al bosque por un tiempo.
Sin embargo, Grampín se sentía muy solo. Así que decidió partir de su territorio y volar hacia otros rumbos. Atravesó todo el gran bosque hasta llegar a un riachuelo caudaloso. Nunca había comido carne, pero tenia mucha hambre, y vió de repente en el río algo que se deslizaba. Eran unos animales grises que nadaban en el río. Se zambullo, y de un bocado agarro varios peces. Le parecieron tan suculentos, que cambio su dieta alimenticia.
A la distancia, no muy lejos le pareció oír voces. Era un pequeño poblado en donde habitaban muchas familias. Seguro que me querrán hacer daño, porque todos esos seres no son de fiar, pensaba el pobre dragón.
Por un tiempo se mantuvo alejado a la aldea, pero un día vio a uno de esos humanos de menor tamaño. No iba armado, es más, jugaba con algo que rodaba. Jugaba todas las tardes con ese extraňo objeto, y al parecer se divertía mucho. Un día se aventuro a salir de su escondite, y la niña lo vió con mucha sorpresa. La pequeña apenas tenía 8 años y el dragón pensaba que en esas edades esos humanos no tienen mucha malicia.
La niña sin pensarlo, a pesar de que estaba atemorizada, le lanzo la pelota al dragón, y así poco a poco se hicieron buenos amigos, y pasaban largas horas jugando y pescando los peces del río.
La niña le hablaba en un extraño lenguaje, pero poco a poco fue entendiéndola y aprendió esa extraña manera de hablar de los humanos.
Antiguamente, decían que los dragones de la raza de Grampín eran muy inteligentes, y en aquellos tiempos antes de que la gran mayoría de las criaturas mágicas desaparecieran de la faz de la tierra, se decía que el divino creador de los dragones les dio la facultad de comunicarse, pero estas pobres bestias sufrían del desprecio de todos los animales y humanos, así que Grampín no se atrevía hablar con nadie.
Grampín descubrió que la niña se llamaba Karina, y entonces el amable dragón se aventuro a hacer algo que no había hecho con ningún humano. La invito a montarse en el lomo a dar un vuelo por las montañas.
_ Ven pequeña, móntate en mi lomo, vamos a dar un paseo_ le dijo amablemente el dragón. Karina estaba muy contenta. Así que sin mucho miedo se monto en el lomo del animal.
_ iAgárrate bien Karina que vamos a volar a grandes distancias!_ le comentó Grampín .
Entonces el dragón desplegó sus grandes alas. Karina estaba muy contenta. Vió las águilas volar en el cielo, grandes lagos, y algunos animales del tamaño de hormigas. Llegaron a un terreno descubierto y un bosque olvidado.
_ Aquí viven lo que quedan de las criaturas mágicas_ Le explico el dragón a Karina. Cuando la niña se bajo del lomo del dragón quedo boquiabierta. En la entrada del bosque vio dos unicornios. Ella había leído acerca de ellos en sus libros de cuentos pero no sabían que existían. Los Unicornios los miraron con mucho recelo. No tanto por la presencia de Karina, sino por la de Grampín ,
_ Es un dragón azul. Yo creían que todos habían perecido, y lo más increíble viene acompañado de un pequeño humano. Vamos a buscar al viejo mago y contarle._ Le comento el unicornio blanco al de color canela.
Karina no cesaba de su asombro. Esos caballos hablaban. Sin embargo, Grampín estaba apesadumbrado. Ese mago lo había expulsado de la tierra de las criaturas mágicas, y por supuesto no le tenía mucha simpatía.
_ No lo hagan por favor_. Les dijo Grampín con tristeza. Pero los Unicornios no lo escucharon.
_Vamos al bosque. Yo no permitiré que te hagan daño¬_ le comento Karina muy emocionada a su amigo.
A medida que se adentraban en el bosque vieron un centauro, varios duendes que vivían debajo de un gran hongo y un pequeño Pegaso. A menos de un paso de distancia, se encontraron con un viejo mago gruñón.
_ iOtra vez ese dragón! Yo creía que te había desterrado. Cómo te atreves a venir acá, y menos con un humano._ Le dijo con rabia el mago a Grampín .
Ya Grampín se estaba poniendo de mal humor, y estaba pensando en pulverizar a ese horrible mago. El mago que podía leer la mente de todas las criaturas empezó sacando su vara mágica preparándose para defenderse.
_ iNo te atrevas, o serás comidilla del ogro del bosque!_.le dijo el mago en tono amenazador al pobre dragón.
_ No le haga nada malo. Él es mi amigo, y yo lo quiero mucho_ Le dijo con angustia Karina.
Entonces a Karina se le ocurrió una idea maravillosa para desorientar un poco al mago
_ si le haces algo a Grampín te voy echar unos polvos mágicos que tengo en mi bolsillo!_ Le dijo con fuerza Karina.
Al mago le pareció todo muy divertido, y decidió dejarlos tranquilos pero le advirtió: _ iPero ten mucho cuidado, si bien es cierto los dragones pueden ser muy amistosos, nadie los quiere, y cuando tu familia lo descubra querrá hacerle daño.
Y Grampín se caracteriza también por su mal humor, y puede pulverizar toda tu aldea!_
Karina y Grampín se quedaron un buen rato en el bosque, y la niña descubrió una cantidad de animales fantásticos hasta que se encontraron con una señora de edad. Era una vieja gitana. Sus cabellos ya estaban blancos por su edad.
_ Caramba, si es el viejo dragón azul. No pensé en volver a verte otra vez. Me acuerdo cuando apenas eras un dragoncito y quemabas continuamente a los pobres duendes. Estas inmenso. Veo que has conseguido una amiga. Eso es bueno. Pero, cuídate mucho de ese mago. Es muy envidioso y no soporta mucho a las criaturas mágicas. Ya no quedan muchas de ellas, y sobre todo a los sobrevivientes de la raza de dragones azul porque saben muchos secretos, y tienen muchos años de vida. Y tu pequeña, me alegro que te hayas hecho amigo de Grampín, pero sabes es una gran responsabilidad, así que tendrás que cuidarlo con el transcurrir del tiempo._ les dijo a los dos lentamente.
Entonces, ante la sorpresa de Karina, la gitana saco un medallón con una piedra de un color azul eléctrico, que brillaba al entrar en contacto con el sol.
_ Guarda este medallón, te dará suerte y te protegerá cuando lo necesites_. Le dijo la gitana a la niña.
Karina, quién todavía era muy pequeña no comprendía mucho sus palabras, pero lo guardó en su bolsillo, y sabía que tal vez le seria útil el día de mañana.
Grampín observo que el sol ya iba ocultarse.
_ Tenemos que irnos. Va ser tarde y tu familia estará preocupada por ti._ le dijo el dragón a Karina.
Aunque Karina quería quedarse más tiempo en ese lugar tan maravilloso lo entendió. Se despidieron cariñosamente de la gitana, y Grampín emprendió su vuelo hacia la aldea de la niña.
_ No le puedes decir a nadie acerca del bosque de las criaturas mágicas. Si lo descubren los adultos no quedara nada de ellos_ le dijo Grampín a medida que se acercaban a la aldea de Karina. A pesar de que la niña se moría de ganas para contárselo a sus amigos le prometió que mantendría el secreto.
El tiempo fue transcurriendo, Karina fue creciendo, y así fueron pasando los años. Siempre tuvo tiempo para su amigo. De niña atravesaba el río y pasaba mucho tiempo con Grampín . En ocasiones, Grampín la llevaba a lugares imaginados. En una ocasión la llevo a una playa, en donde habitaban bellísimas sirenas. El dragón le dijo en secreto que a estas no le gustaban los humanos así que no era bueno que fuesen vistos. Pero Karina se moría por verlas más de cerca. Así que en un descuido que tuvo Grampín, Karina se acerco a las sirenas.
Entonces estas los vieron. Para ese entonces ya Karina tenia 12 años. Era un poco mayor y más arriesgada. Las sirenas enfurecieron de repente, una de ellas desapareció en el fondo del mar, y entonces ocurrió lo inesperado.
_ Mira, un humano. Vamos a divertirnos. Le echaré un hechizo por curiosa. La voy a convertir en un sapo, y al dirigirse al mar perecerá ya que los sapos no viven en el mar ni les gusta el agua salada _ le dijo la sirena más malhumorada a la otra. Y ya estaba empezando a decir las palabras mágicas cuando la otra la interrumpió.
_ iNo seas tan cruel! Pero fíjate en su cuello, tiene el medallón de la vieja Euclides. Déjala en paz. De todos modos tendrá un destino fuerte. Al parecer esta cuidando a Grampín. Todo aquel que tiene ese medallón es el guardián de los dragones azules. Y me parece que queda nada mas uno._ Le dijo la otra sirena.
Mientras tanto, a pocos metros de distancia Grampín había presenciado todo. Al parecer. Estaba de un malhumor. Resoplaba lleno de furia.
_ iTe dije que no te acercaras a esas sirenas. Son muy peligrosas. Pero te has salvado, y no te han hecho ningún hechizo. Eso es lo importante! Le dijo el dragón a la niña furioso. Sin percatarse Karina, Grampín se acercó a la playa ya muy dispuesto a carbonizar a las sirenas. Karina lo detuvo firmemente.
_ iPero, ¿que te pasa?!, ¿porque estas tan enfadado?_ le dijo la niña.
_ Gracias a esas sirenas gran parte de los dragones han desaparecido_ le respondió con impaciencia a la niña.
Karina lo miro con tristeza._ Lo siento mucho amigo, no sabía. No te sientas mal no volveré a desobedecerte. Y además siempre estaré a tu lado. Grampín se tranquilizó y se alejo de la playa con su amiga al lado.
A medida que se alejaban de la playa Karina se quedó pensativa y recordó lo que le había dicho la gitana cuando era más pequeña. Entonces, ella era el guardián de Grampín . Si bien es cierto que el dragón era de muy buen corazón también tenia un carácter muy volátil. Le tocaría entender un poco más a esa gran bestia. Grampín la llevo de regreso a su aldea, pero el dragón no le hablo para nada en el trayecto a casa. Indudablemente todavía estaba enfadado. Karina se despidió amablemente de su amigo, y quedaron en verse otro día. Pero Grampín no la volvió invitar a volar, y fue tomando distancia de la niña.
Karina sentía un gran sentimiento de culpa. Nunca había visto tan enfadado a Grampín, y no sabia como contentarlo. Grampín se fue encerrando en su cueva alejándose otra vez. Estaba muy decepcionado, y no tenía entusiasmo para buscar a Karina otra vez. A pesar de todos los años que tenía el dragón encima, conocía tan poco de los humanos. Sabía que no eran de fiar, pero le había entregado su corazón a Karina.
Karina se hizo mayor, y ya tenia su propia familia. A pesar del tiempo, ella todavía tenía el medallón en su cuello, y recordaba a Grampín con gran cariño. Una noche hubo una gran tormenta. Los relámpagos y truenos no cesaban. Llovía sin cesar. Y pasaron los días y seguía el mismo temporal. En su casa no tenían ya comida. Así que Karina, quién era ya una mujer, espero a que disminuyera la lluvia para buscar un poco de comida. Ya no había peces en el riachuelo, y las lluvias habían acabado con toda la cosecha de trigo y maíz.
Karina salió muy temprano a pesar de la lluvia. Tenía que ayudar a su familia. Entonces se acordó de su amigo Grampín . Aunque había pasado mucho tiempo Grampín seguía viviendo en aquella vieja cueva. Decidió visitarlo. Sabia que los dragones por su tiempo de vida conocían de grandes curaciones, en que lugar estaban los alimentos en tiempos de escasez y cómo sobrevivir en tiempos inclementes.
Atravesó el caudaloso río, y después de unas horas de camino luchando con derrumbes, grandes charcos de agua y tierra resbalosa llego a la cueva.
El dragón estaba más huraño que nunca. Al ver a la muchacha, no la reconoció y ya pensaba pulverizarla. Cuando ella se dio cuenta lo que pensaba hacer retrocedió rápidamente.
_i Soy yo, Grampín !. Solo, que he crecido. iEs que no me reconoces!. Soy tu amiga Karina_ le dijo la muchacha con temor.
Grampín , quién estaba muy sorprendido porque no entendía por que envejecían los humanos se dió cuenta de que la muchacha tenía el mismo medallón que tenía su vieja amiga, y entonces la reconoció.
_cómo has cambiado. Ya no eres pequeña. Ya eres grande como los otros humanos. Seguro que tú querrás hacerme daño como los demás. Le respondió con desagrado Grampín .
_ Se que es difícil entenderlo, pero ahora he crecido, y hasta tengo una familia. Pero, no me vas invitar a tu cueva, esta lloviendo mucho!, Y además yo nunca deje de ser tu amiga. Pero tu te alejaste _ Le dijo a Grampín .
El dragón a regañadientes la invito a pasar a su cueva. Adentro tenía restos de pescado y las hojas que tanto le gustaban.
_ ¡discúlpame! Me enfurecí tanto el día en que te lleve a la playa de las sirenas porque pensé que te iban hacer daño, y te perdí después la confianza porque me desobedeciste. Pero ahora me doy cuenta que apenas eras una niña, y los humanos cuando son pequeños no tienen mucho sentido común _ Todavía recordando el incidente.
_ Eso paso hace mucho tiempo. Ahora te necesito con urgencia. Si puedes perdonarme_ Le dijo con tristeza al dragón.
Grampín que todavía a pesar del tiempo transcurrido la recordaba con cariño. La invitó a sentarse en un tronco que tenía en la cueva.
_ En estos momentos esta lloviendo a cantaros. Han pasado muchas semanas. En mi aldea ya no hay comida, y mi familia va a perecer de hambre. Toda la siembra se ha perdido, y los peces del río se han ido hacia el mar. Se que tu me puedes ayudar. Tu eres viejo y sabio, y has vivido mucho antes de que todos los humanos poblaran la tierra_ le dijo al dragón.
Grampín se quedo pensativo. Y recordó que después de las montañas, atravesando una extensa llanura vivía un viejo unicornio acompañado con un duende de gran edad. Este conocía la magia para detener grandes tormentas, y podía controlar el tiempo a su antojo.
_ Conozco un viejo duende llamado Zahorí en las llanuras amarillentas. Puede parar las grandes tormentas. Pero es muy lejos, y son tres días de vuelo. Pero, él no ayuda tan fácilmente. Hay que ganarse su confianza. No confía mucho en los humanos porque no creen en la magia. Así que tendremos que ganarnos su confianza_ le comento el dragón.
_ i y que estamos esperando! Vamonos. Le respondió Karina con una gran sonrisa.
A pesar del torrencial aguacero, Karina convenció al dragón de ir en busca de Zahorí. Grampín salió de su cueva y lo invitó a montarse en su lomo.
_ ¡sujétate bien! Esta lloviendo muchísimo, Le dijo el dragón a Karina. Grampín extendió sus grandes alas azules, y se preparó para emprender el vuelo. En un momento ya estaban por los aires. El viento le golpeaba su cara, y ella titiritaba de frio. A Karina le pareció que casi llegaban en el vuelo cerca de las estrellas. Grampín iba a una velocidad extraordinaria. Como ya era de noche, Grampín aterrizo cerca de un gran lago.
Los amigos descansaron debajo de un inmenso pino. La muchacha tenía mucho sueño, así que quedó dormida en el acto. El dragón siempre estuvo vigilante de los peligros de la noche, sobre todo de los lobos que podían aparecer en la oscuridad. Al día siguiente los dos estaban muertos de hambre. Karina había traído un poco de pan en su saco. Sin embargo, Grampín como buen cazador consiguió unos peces en el lago, se lo comieron con voracidad. Karina observaba con nostalgia, que en la montaña el tiempo no era tan severo. Que diferencia con el temporal que existía en su aldea, pensaba en su interior.
Los próximos días siguieron en su viaje aterrizando de vez en cuando para descansar. Ya en el tercer día de vuelo se veía desde el cielo abajo una gran llanura. El pasto era de color amarillento, y el sol alumbraba medianamente con toques de lluvia produciendo un lindo arco iris. Grampín fue aterrizando poco a poco hasta llegar una escarpada montaña rocosa.
_ Aquí viven el viejo duende con su unicornio_ le dijo a Karina.
En ese momento se asomo el unicornio y vio con desdén a Grampín. Pero lo que más le molesto fue la presencia de Karina.
_ Grampín, ¿Cómo es posible que te hayas traído un humano para estas tierras? Ya veo porque te desterraron de las tierras de las criaturas mágicas. iNo ves que los humanos no comprenden la magia!_ Le dijo el Unicornio con aspereza
En ese momento se asomo Zahorí el viejo duende. Cuando vió a Grampín y a Karina se puso fuera de sí. Y agito su vara con el fin de hacerlos volar por los aires cuando Grampín lo detuvo
_ Hemos venido de muy lejos viejo duende cascarrabias. Por lo menos escúchanos. Mi amiga Karina necesita que la ayudes. Su aldea esta prácticamente inundándose. Llueve sin cesar, y va llegar el momento en que todos van a morir si no cesa de llover. Venimos por tu ayuda._ Le dijo pacientemente Grampín.
El duende observó con mucha desconfianza a Karina. _ ¡si quieren que los ayude tienen que merecerse mi respeto y confianza, sobre todo tu!_ Señalando a Karina.
_ ¿Qué tenemos que hacer? Preguntó con paciencia y resignación.
_ En lo más alto de la montaña vive un ogro, él tiene en su poder unas piedras mágicas de color dorado. Pero eso sí, tienes que ir solo. Grampín no te puede ayudar. Si las traes te ayudaré en todo lo que necesites_ le dijo en tono burlón Zahorí .
_ Esa montaña es muy muy alta, no va poder subir solo_ le dijo Grampín con indignación.
_iEsa son las condiciones!_ le dijo con desdén el duende.
_ No te preocupes Grampín, yo las encontrare, con tal de ayudar a mi familia y a mis amigos que están pasando tanta necesidad me arriesgaré_ Le consoló a su amigo.
Grampín estaba furioso de indignación. El duende se dió cuenta.
_ Si pierdes el control, tu amiga saldrá perdiendo_ Le dijo el viejo duende.
Por primera vez en mucho tiempo Grampín se controlo. Y decidió esperar abajo, deseando desde el fondo de su corazón que a su amiga le fuera bien en su tarea. Así que mantuvo silencio. Sabía lo que Zahorí era capaz de hacer. Tenía una magia muy poderosa.
Karina se dirigió rápidamente a la montaña, tomó una soga, que tenía en su bolso y fue subiendo la montaña rocosa con gran cautela. Cuando ya iba llegando escucho unos ruidos agudos. Eran unos murciélagos que se encontraban ocultos en una madriguera. Si salían de allí seguro me atacarán pensó Karina.
En ese momento salió un animal grandísimo de la madriguera con grandes alas oscuras. No se parecía en nada a un murciélago. Tenía una larga trompa, y emitía unos chillidos escandalosos. Karina se escondió en una abertura hasta que se fue el extraño animal. Al poco tiempo fue subiendo hasta llegar a la cumbre de la montaña. Estaba cansadísima. Decidió tomar un poco de agua de su cantimplora. De repente sintió un olor horrible en la lejanía.
La pobre muchacha trató de hacer muy poco ruido para que no lo descubrieran. Por su cabeza llegaron imágenes de ogros de todos los tamaños. Su corazón latía fuertemente. El olor se hacía cada vez más fuerte. A medida que se acercaba le pareció ver una gran cueva abandonada. No solo se sentía un olor horrible se oían también unos gritos espeluznantes. Karina no sabia si provenía del ogro o de una pobre victima que tenia el monstruo en sus manos.
Karina se acercó sigilosamente a la cueva. Desde la lejanía descubrió las piedras doradas que quería el viejo duende. Se encontraban en el fondo de la cueva encima de un tronco roído por la humedad. Pudo divisar a medida que se acercaba a un pobre Pegaso. Pobre animal pensaba Karina, indudablemente debe estar muy asustado. El cruel ogro ya tenía planes macabros contra el pobre Pegaso. Le pensaba cortar sus alas. iiQue cruel era!!
Inicialmente iba buscar las piedras, pero le dió tanta lástima el pobre Pegaso que buscó la manera de salvarlo. Se recordó que había recogido unas piedras en el camino. Entonces se le ocurrió una genial idea. De niña era muy buena imitando voces de animales, era la mejor entre sus hermanitos. Así que empezó imitar el ruido de un terrible jaguar.
Para su satisfacción no había perdido la práctica. El ogro salió rápidamente de la cueva buscando al animal. Mientras tanto, ella se había ocultado detrás de unas malezas. A medida que el gigante se iba alejando, Karina ingreso rápidamente a la cueva y soltó al pobre animal sin olvidar las piedras doradas. Pero, cuando ya estaba a punto de escapar se encontró con el ogro frente a frente. El ogro se dió cuenta en ese momento que ella lo había engañado.
_ Vete amiguito, vuela lejos. Te mereces un destino mejor que el mío. _ Le dijo con tristeza la muchacha al pequeño Pegaso.
_ iMe lo vas a pagar!_ le dijo con ira a Karina.
Ya Karina estaba preparada para lo peor. Sin embargo lo que no saben los humanos es que al rescatar a un pequeño Pegaso recibes una buena dosis de buena suerte. De repente del medallón de Karina salió un rayo eléctrico de color azul que cegó al ogro fulminantemente. A pesar de su repentina ceguera, casi la atrapa. En ese momento por arte de magia, apareció un grifo del tamaño de un árbol a pocos metros de Karina. Emitía unos sonidos ensordecedores. La muchacha estaba paralizada de miedo.
_ iNo tengas miedo! Gruñón es un buen amigo mio. Él protege el valle de los unicornios y pegasos. _ Le dijo el Pegaso con amabilidad.
Karina nunca había visto un animal tan extraño. Era mitad león y mitad águila.
Tengo que actuar con cautela. Si me descuido aparecerá el ogro, así que me arriesgaré y me montaré encima de ese animal pensó la muchacha. Se acercó cuidosamente al grifo, y lo acaricio sutilmente. El animal le dio en respuesta un chillido de satisfacción. Entonces Karina sin pensarlo dos veces se montó encima del lomo del animal, y emprendieron el vuelo a grandes alturas seguido por el pequeño Pegaso.
_ ¿Hacia que dirección vas?_ le preguntó el Pegaso.
_ Voy a entregarle a Zahorí estas piedras doradas. Hice un trato con él y va ayudar a mi gente de salir de una gran tormenta. Mi aldea queda muy lejos de aquí, y estamos sufriendo un mal tiempo inexplicable. Mi amigo, el dragón azul me informó que la magia de Zahorí puede ayudarme replicó el muchacho.
_ i Veo que conoces a Grampín ! Es el último dragón azul. Y no son muy comunes esos dragones. Zahorí va quedar sorprendido al verte con el grifo. _ Le comento el pequeño Pegaso.
El grifo aterrizó cerca del viejo duende. Zahorí estaba perplejo. Tenia tiempo que no veía al grifo e incluso no salía de su asombro cuando vió también al Pegaso.
_iQue hacen Uds. por aquí?! Le dijo a regañadientes el duende a los pobres animales.
El Pegaso que le empezaba a molestar el tono del duende se le quedo mirando con rabia.
_ Me encontré a este pobre humano allá arriba. Es muy valiente. Me salvo de las manos de ese terrible ogro. Casi me corta mis pobres alas esa bestia, y la muchacha me salvó. iY, tú sabes cuál es nuestra relación mágica con todos aquellos que obran con nobleza!
El viejo duende observó que la muchacha había traído las piedras doradas.
_ i Ahora dámelas! Le dijo con desagrado a Karina.
_ Acuérdese de nuestro trato_ le respondió.
_ i No me acuerdo de nada! Le respondió el duende arrancándole las piedras de las manos.
Grampín, que estaba observándolo enfureció.
_iNo tienes palabra! Tenia otra opinión de ti._ le dijo con furia el dragón.
_ iy qué vas hacer? carbonizarme! Le dijo con desdén.
_ iNo vales ni eso! Le respondió el dragón.
Sin embargo el grifo, que estaba viendo todo, no estaba muy convencido de la actitud de Zahorí. Rápidamente sin que nadie se diese cuenta agarró al duende por las ropas dispuesto a llevárselo por el cielo infinito.
_ i Espera Gruñón! Si te parece que el humano vale tanto, cumpliré mi palabra_ le dijo al grifo con rabia.
El grifo invitó a que el duende se montara también encima de su lomo, y se fueron rápidamente por los aires. El grifo volaba más rápido que Grampín, y el pobre dragón volaba con la lengua afuera del cansancio.
_iEspérenme! Yo no soy tan rápido._ le reclamaba Grampín .
El grifo se dió cuenta y bajo la velocidad. Gruñón no tenía límites al desplazarse por el cielo. El tiempo seguía implacable lloviendo a cantaros con grandes nubarrones. Descendieron a gran velocidad en una gran montaña. Karina reconoció el pequeño bosque. En ese sitio habitaban las criaturas mágicas.
_ No podemos acercarnos a tu aldea. Nos pondríamos al descubierto_ le dijo el duende con tranquilidad.
Sin embargo, Grampín ya adivinaba cuales eran los planes de Zahorí.
_ Yo los llevo a ambos. iTu diste tu palabra!_ Le dijo Grampín .
Zahorí dándose cuenta que no podía inventar mas excusas aceptó. El grifo se quedo en el bosque en compañía de las otras criaturas. Estos estaban muy contentos de ver un animal tan grande y poco usual.
Grampín, Karina y el duende descansaron un rato.
_ Ya es hora de emprender el vuelo_ Le recordó la muchacha.
_ iNecesito llevarme mi bastón! Sin el no puedo hacer ninguna magia._ Le dijo a ambos.
Grampín ya estaba más descansado, aunque ya estaba disgustado de la actitud del viejo duende.
Seguía el mal tiempo, y se veía la aproximación de una tormenta eléctrica. Ya varios relámpagos habían fulminado varios árboles. Se encontraban a pocos kilómetros de la aldea de Karina.
_ Vamos a ese espacio libre de árboles_ señalando hacia abajo.
Grampín descendió a gran velocidad, y se bajaron inmediatamente del dragón. A la lejanía vieron una cueva abandonada. Entraron. Grampín estaba observando al viejo duende con mucha desconfianza.
Espero que ese duende no nos traicione pensaba Grampín.
El duende y los otros estaban mojados de pies a cabeza. Zahorí miro con mucha rabia a Grampín, dándose cuenta que si no actuaba rápido el dragón podría hacerle daño. No era ningún tonto.
A pesar de la inminente lluvia, el viejo duende sacó su bastón, apuntándolo hacia una nube oscura.
iTormenta del cielo y la tierra, lluvia inclemente, alejate de aquí. Ya has llorado mucho, los animales y las personas no queremos tanta agua. Ilumínanos querido cielo con un lindo día y un resplandeciente sol! Dijo firmemente el duende.
En ese instante salió del viejo bastón un rayo de luz directamente hacia los nubarrones impactándolas con grandes detonaciones.
Y de repente ante la sorpresa de todos, las gotas de lluvia se fueron alejando, y apareció un bello arcoíris que se extendía hasta las cercanías de la aldea de Karina. Todos estaban impresionados. Indudablemente la magia de Zahorí era poderosa.
iCaramba, eso si que es magia! Exclamo Karina Sorprendida.
i Hay que reconocer que es buena magia. ! Dijo Grampín a regañadientes.
A pesar de que Grampín se moría de ganas de echarle una pequeña bocanada de fuego al duende se contuvo. Había ayudado a su amiga. Pero todavía lo tenía en la mira.
Karina estaba de un feliz. Todo esto cambio ayudaría mucho a su gente. Sin pensarlo invito a sus amigos.
_ i Vengan conmigo! Tenemos que celebrar._ Les dijo a los dos con mucho entusiasmo.
El duende se mantuvo en silencio, y encaminándose hacia la cueva se sentó en un viejo tronco.
_ iTu sabes que no podemos! Somos criaturas mágicas, y no queremos que tu gente nos descubra. Tu has demostrado ser diferente pero todos no son iguales_ Le dijo Zahorí
_ Por lo menos permite que Grampín me acompañe a las cercanías de mi aldea._ le rogo Karina.
_ i Me parece bien!. Es bueno que Grampín tenga un buen amigo. Pero tú eres responsable de sus acciones. Acuérdate de que él sigue siendo un dragón. Yo me quedaré aquí en esta vieja cueva. Quiero pasar un buen tiempo por aquí alejado de todo¬_ Les respondió Zahorí
Karina se dio cuenta de que el duende no era tan malo, solo un poco desconfiado, y que le gustaba la soledad.
_ i Me imagino que se va divertir de lo lindo en esa cueva! Comentó Grampín riéndose secamente.
Karina lo ignoro. Grampín la llevo volando hasta las cercanías de su aldea. Y entonces inesperadamente aparecieron varios vecinos, y los vieron a los dos.
_iUn dragón, un dragón! Busquemos una antorcha. Tenemos que alejarlo de aquí._ Exclamaban sobresaltados.
Karina los detuvo. iEl es mi amigo. No le hagan daño! Les gritaba Karina.
Ya Grampín estaba cansado de la misma actitud de los humanos. Por que razón, no podían ser más amables?
_ ¿Ustedes quieren un dragón feroz y salvaje o un buen amigo que proteja su aldea?_ les dijo el dragón súbitamente
Los habitantes de la aldea de Karina estaban impactados. No solo era un dragón de color azul, sino que también hablaba. A pesar del miedo que sentían, y de la desconfianza que les inspiraba decidieron darle una oportunidad al dragón.
_ Veo que estas con Karina, y además el clima ha cambiado. Tengo la impresión de que tu has tenido que ver con todo esto_ Dijo el hombre más tranquilo del grupo.
_ i Así es!. Pero, no te voy a decir cómo lo hicimos. Eso es un secreto entre Karina y yo. Pero les prometo algo. Si ustedes me aceptan los protegeré siempre su aldea de cualquier peligro, y en mi tendrán un eterno amigo_ Les dijo el dragón.
Los habitantes de la aldea de Karina se quedaron pensando. Y les pareció muy buena la idea. Total, quién se va meter con un dragón. Nos protegería de los tigres y jaguares que rondan a veces cerca por la aldea.
Y así fue que Grampín fue aceptado por los humanos. Y ahora esta muy contento porque siempre esta acompañado. Y ya Karina no es solo su amiga, sino también los demás niños de la aldea, que vienen en ocasiones a visitarlo en su cueva a jugar con el.
A medida que pasaba el tiempo la aldea de Karina se fue recuperando. Si bien es cierto, las pérdidas fueron grandes y no tenían mucha comida se dieron a la tarea de sembrar otra vez. El próximo verano tuvieron una buena cosecha. Y todo volvió a la normalidad como antes. Pero lo que más agrado a Karina fue que iba a tener a Grampín siempre cerca y nunca se iba alejar de él.
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