Yo era un cisne
de alas rotas
y aspecto horrible
llevaba al cuello
una piedra libre
que se negó
a sentir la luz
Sobraba espacio
donde quebrarme
y quedar, carajo,
como un cadáver
apuñalado
adentro turbio
adentro tú
Mujer grisácea
de lengua helada
podriste el agua
donde buceaba
Mujer calcárea
supe que estabas
vestida en tul
Bebí violetas
busqué el silencio
me fui a la cresta
volví taimado
volví mierda
dejé marcada
por ti una cruz
Texto agregado el 23-06-2009, y leído por 202
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Lectores Opinan
04-07-2009
Quédate cisne, quédate poeta. Hermoso y fuerte. Te persigue la cruz, ha de ser esa formación que se recibe en los campos de la sexta región. Estrellas vienen volando. FaTaMoRgAnA
23-06-2009
pero que bien fue pasar por tu escrito. muy bueno y sincero. te dejo mis eternas supernovas. el_mesiaz