Hoy caminas como si hubieses hecho algo malo, algo tan malo que te hace sentir bien. Tienes la elegancia en tu paso, y esa sonrisa coqueta de niña mala. Hoy, cuando odias domingos y feriados, tienes ese look interesante. Mirada pseudo lasciva, esa ligerísima cara de tedio y de resaca. De seguro te la pasaste bebiendo una que otra copa de uno que otro licor y pese a todo caminas en esta tarde. Esta tarde con aires de madrugada fría, brumosa y sonrosada por un sol que despierta. Hoy caminas.

La calle se dobla a tu paso, y más de un cuello queda prendado a tu cabello que se aleja. Es rojo. Es distinto. Te ves distinta. No te reconocería en la calle. Lentes oscuros, chaqueta y botas. Tan rápido que vas que pocos te ven. Eres un misterio ambulante. Sensual y deliciosamente fría. Hoy, que quieres llorar, caminas.

Tu pelo enmarañado enmarca tu paso. Es como un halo de fuego que te hace parecer libidinosa. Diosa, hermosa, bella y cadenciosa. Estas ahí, pasando y pasando, mirándote en cada espejillo de vitrina. Te mira la gente. Sabes que te mira. Lo disfrutas. Hay en ti una explosión de placer cuando alguien voltea, cuando alguien dice algo. Miras de reojo, bajas tu anteojo, y continúas. Caminas a tontas y a ciegas por una ciudad que te rinde pleitesía. Hoy, que sientes que vales nada, caminas.

Ropa apretada, no ordinaria, muestra que hay cosas más allá que la simple piel. Todo cautelosamente elegido, meticulosamente en su lugar puesto. Chaqueta, pañuelo rojo, cinturón, jeans negros y polera blanca con un logo de tu grupo preferido. Mueves firme, pero delicadamente tus manos. Tus pies avanzan rápido haciendo eco con los tacones. Sientes que te siguen, volteas y bajas los anteojos y sonríes. Sigues caminando. Hoy, en que te sientes usada, caminas.

Un poco de música acomoda tu paso, una mochila a medio caer da el toque casual. Es una salida casual, ¿no? Simplemente decidiste caminar para pensar, ¿no? Paso, paso, paso. Música fuerte, se puede oír desde lejos. Disfrutas el viento en la cara, se nota. Sonríes a la vida, eres la mejor. Nunca nadie podría derrotarte, tumbarte, ganarte. Te alegras y caminas. Hoy, que sientes un infierno dentro, caminas.

Anteojos oscuros, uñas perfectas, cinturón de balas. Una femme fatale cualquiera. Disfrutas ese papel, ese que todos admiran. Pero no es cierto. No es real, es solo la ilusión que te creaste ahora. Buscas razones, ¿no? Caminas, simplemente, porque no tienes nada más que hacer. Buscas que te miren, para que alguien vea. Eres lo que estas siendo por un choque de egos y eso es lo que no entiendes. Hoy, en que solo necesitas a alguien, caminas.

Te ves única, te ven única, te creen única. Lo que no recuerdas es que lo eres. Pese a todo, lo eres. Eres esa imagen que proyectas, aunque ahora no quieras creerlo. Caminas, porque sabes que caminando creas historias. Te inventas una nueva hoy. Sonríes ante tu ingenio. Caminas y te observan, te dejas. Sonríes con esa cara de niña mala tan tuya. Desordenas tu pelo, acomodas la chaqueta y miras fijamente a todo hombre. Los traspasas con la mirada. Eres simplemente tú, caminando, hoy cuando no quieres sentirte sola. Caminas y dejas que el viento y las miradas te acompañen, te hagan olvidar que sufres. Que aún me quieres y que ya no estoy contigo. Tienes esa carita de niña rota, que algunos confunden con malicia. Caminas y dejas fluir tu mente lejos de mí, pero me recuerdas. Siempre lo harás…. Yo soy quien ya no te quiere, tristemente serás tú la que sufra con esa carita de niña mala y esos ojos coquetos. Camina, camina más, camina más y más lejos, camina a ver si me olvidas. A ver si eres mejor de lo que creíamos.