Después de varios años de soledad uno se pregunta

Si estar casado valió la pena.

Yo opino que sí; siempre vale la pena tener en la cama

A alguien a quien se ama profundamente

Aún cuando ese alguien sea un asesino en serie, aquí el problema

Es salir vivo de la relación.

-Mel Ayala-

Las mieles del matrimonio están ahí para ser probadas por todos, luego pues, para algunos cuantos a quienes sobreviene de pronto un empalagamiento –precoz, intermedio o tardío, aquí no importa- existe la milagrosa salvación del divorcio ahora de pronto y eficaz desenlace aunque no siempre al alcance del bolsillo. Así, después de decidir terminar con el idilio legal por distintas razones que van desde sufrir problemas de asfixia por los excesivamente cariñosos brazos del amante hasta sufrir problemas de asfixia por los excesivamente agresivos brazos del amante, muchos encuentran alivio, alegría, oxígeno de nuevo tras un divorcio, desafortunadamente la otra mitad generalmente encuentra la miseria y caras sesiones con un terapeuta. Es para ellos que tengo esta breve lista de ventajas a esta situación aparentemente catastrófica con la esperanza de que logren ver un puntito de luz al final del túnel.

Léase la siguiente lista despacio y repitiendo palabra por palabra en voz alta… procure estar solo y sentado en un lugar cómodo. Respire profundamente y piense que realmente puede que ahora su mundo sea más feliz.

1. Ahora que está usted libre puede arrojar flatulencias sin que nadie le reproche y sin sentir culpas ante el placer de dicho desalojo.

2. Puede llegar tarde a casa sin que un alma le pregunte dónde ha estado y por qué apesta a mota, babas y/o alcohol.

3. Puede dormir con su perro o su gato sin ser llamado zoofílico – que si usted lo es, bueno, nadie lo verá, haga de su vida sexual un papalote.

4. Puede leer todas las noches sus libros de Xaviera Hollander sin ser llamado pervertido- de nuevo, nadie lo ve, disfrute de la Alegre Madame sin remordimientos.

5. Puede tener invitados en casa y dejar que comiencen una orgía- sólo asegúrese de no ser sólo espectador o la pasará mal al día siguiente cuando le toque la limpieza y no tenga recuerdos gratos.

6. Podría (sólo es una sugerencia, recuérdelo bien) sacar su consola de videojuegos y terminar esa misión de Halo 3 que quedó a medias gracias a que su mujer corrió a los amigos a las 5 de la mañana para poder dormir. Ahora que si usted es mujer, vaya al MixUp y cómprese de una vez la serie completa de ER que sus deberes de ama de casa y abnegada esposa –además de un marido incomprensivo- no la dejaron terminar de ver.

7. Puede recuperar a sus amigos o amigas de la escuela, salir al cine o al bar y recordar su época de estudiante jarioso, con sus co-universitarios, fantaseando con tirarse a Brad Pitt o a Angelina Jolie – o a los dos- sólo necesita conseguir números y hacer llamadas.

8. Puede trabajar más para pagar a la niñera, si es que se aventó el engorroso rollo de cuidar a su progenie.

9. Puede comenzar a escribir esa novela que siempre quiso escribir para ganarse el Premio Nobel de literatura o el Pulitzer o una publicación en el Libro Vaquero, no hay limitaciones.

10. Puede vender todo, irse a Colombia, invertir en unos cuantos kilos de coca, conquistar a María Risa, esa exuberante india con taparrabos con la que siempre ha soñado e iniciar una emocionante y peligrosa vida al límite… pero que no se le ocurra volver a México que la ASE lo agarra.

11. Puede meterse a estudiar algo que lo inspire, que lo haga sentir las bondades y oportunidades infinitas que le ofrece el ser libre de nuevo. Nomás no se quiera hacer porro, ellos sí pierden el tiempo.

12. Puede sentarse frente a la tele y lamentarse de su miseria – si usted es EMO, comprenderá que esto es lo “peor” que le ha pasado y se sentirá como pez en el agua.

Sea lo que sea que decida hacer, será bajo su propio riesgo y decisión. Le aconsejo que deje atrás culpas, restricciones y deseos de venganza. Su ex pareja seguro la pasa de maravilla mientras que usted está sentado esperando nacer de nuevo. No pierda esperanza, el bueno, o la buena está allá afuera. Ánimo.