PG- Como no soy supersticioso ni me da yuyu, voy a entrevistar a la Muerte. De esta forma, cuando me toque encontrarme con ella me resultará más familiar. Muy buenas, Dñª. Muerte...
Muerte.- Hola, pequeño...¿Quién te selecciona a los entrevistados?...
PG- Con todo mi respeto, señora..., las preguntas las hago yo. ¿Le gusta su oficio?...
Muerte.- ¿Te gusta ser grillo?...
PG- ¡Huy, que chungooo!...Vale, sigamos. ¿Tiene usted mucho trabajo?...
Muerte.- ¿Te refieres al ordinario o al extraordinario?...
PG- ¡¡Jooooder!!...
Muerte.- ¡Vaaaale!... Por causas naturales, el trabajo es prácticamente el mismo. En lo que se refiere al inducido por el humano, las cifras se disparan: guerras; accidentes de toda índole; enfermedades “raras” o “actuales”; por desnutrición..., y últimamente los suicidios, que aumentan día a día.
PG- El humano, desde siempre, ha tratado de escamotearle clientela; es el caso de los cirujanos, por ejemplo. ¿Cómo lleva usted eso?...
Muerte.- ¡Já!...Esa es una de las muchas estupideces que comete. Verás, pequeño..., salvar una vida en el primer mundo, generalmente conlleva un gasto que equivale a dejar morir a cientos de humanos en el tercer mundo. De manera que yo salgo ganando.
PG- ¡Caray!...Oigame, ¿usted no indulta a nadie?...
Muerte.- A ver..., aquí hay unas reglas de juego: el humano nace, crece, se reproduce...y muere.
PG- ¡Anda!, cómo las cucarachas...
Muerte.- ¡Exactamente!... Eso es, precisamente, lo que el humano no se le mete en la mollera..., que es un ser vivo como cualquier otro, en éste planeta. No tiene exenciones ni favoritísmo alguno. Se resiste y patalea como los críos, cuando no les apetece una comida.
PG- Pues ya le vale...Hay que ser muy tocino, para no asimilar algo tan incuestionable como eso. Hasta yo, un humilde grillo, lo tengo claro. ¿Cree que el humano inventará algo para que usted se quede en el paro?...
Muerte.- Si, claro..., el elixir de la eterna juventud, ¡no te jode!. A lo largo de su Historia lo ha intentado y aún sigue machacando, el muy zote. Le gusta más jugar a ser Dios, que a un tonto una tiza. El cerdo existe para alimentar a un ser superior como el humano..., pero éste a su vez, es carnaza para gusanos. Así de simple es la cosa.
PG- ¡Joer!..., así no me extraña que esté usted tan denostado.
Muerte.- Eso es relativo. Hay culturas en las que se me venera y cuando me llevo alguno de éllos, hacen una fiesta. Eso es deportividad..., saber y aceptar cuando uno pierde.
PG- Permítame que le haga una observación, que no crítica...Yo de usted cambiaría de estilísta...¿Lo ha pensado alguna vez?.
Muerte.- ¿Que le parece de lagarterana?...¡No te jode, el grillo!. Puñetera sociedad de la imagen. Yo fuí el primero que la espichó y el resultado de ello es la imagen que véis. El añadido de la guadaña es por lo de segar vidas. Y punto.
PG- Estoooo...¡Ejém!. Le tengo que hacer una pregunta, que si no se la expongo me tiran al pilón. ¿Que hay después de usted?...
Muerte.- ¡Ja, ja, ja, ja!..., se me parte la guadaña de la risa. ¿Me guardas el secreto si te lo digo?...
PG- ¡De acuerdo, doña!...Espero que el pilón no tenga mucha agua. ¡Dispare!...
Muerte.-¡NADA!..., absolutamente nada. Ya se que jode, pero es lo que hay. En el fondo todos lo saben, pero inventan el paraíso de las huríes..., el cielo de San pedro y demás zarandajas. Todo para que unos listíllos saquen provecho y así atenuar la angustia que éllos mismos crean. El juego de los premios y castigos. Y es que en el fondo son como niños..., pero sin el como. Por cierto, ya que estoy aquí voy a echar un vistazo a la lista...Tendría gracia que estuvieses tu... o alguien de por aquí...¡Juá, juá, juá!.
PG- ¡Glups!...Cri...cri...cri... |