¡Hola! Tal vez creas que no me conoces. O estés convencido que no puedo hablarte. Sin embargo, siempre he estado a tu lado, incluso antes de que nacieras. ¿Sabes? Te vi reír y correr, incluso llorar y sufrir, incluso a través de tus antepasados.

Algunos de ellos solían llamarme Madre, otros más me consideraban parte celestial, casi un Dios; y algunos más sólo me llamaban Hogar.

Pero esto no lo merezco, todo lo que he hecho lo hice y lo hago por ti. Por el aprecio que te tengo. Tal vez lo dudes, pero tú para mí eres como el regalo que nunca pedí. Eres parte de mí, eres simplemente mi hermano.

¿Lo dudas? ¿No crees que te amo? Tan sólo obsérvalo todas las tardes, siempre te dibujo un crepúsculo que alegre tu vista. Cuando estás cansado, me comunico con el aire y te envío una brisa fresca. De noche, dejo la magia a la luna, para que ella derrame sus rayos sobre tus hombros.

A pesar de la contaminación. Trato de darte, todas las mañanas, un cielo azul. No tengo cabello, cierto, pero me crece pasto, el cual fue diseñado para que puedas recostarte y sentir mi cuerpo. También te ofrezco árboles, con los cuales puedes cubrirte de los rayos del sol y pueda darte el aire que respiras.

Tienes razón… no utilizo perfume. Sin embargo, tengo cientos de flores que alegran tu olfato y tu vista. Te muestro las cascadas que caen de las montañas, para que tengas agua fresca que beber. Y de noche, intento cobijarte con el brillo de las estrellas, porque están hechas con la misma materia que tú fuiste creado.

Pero hoy, hoy hermano, necesito de tu ayuda, de tu mano.

¿Por qué te pido ayuda? Simple… nadie ni nada en el universo puede solo… además en ti confío.

Hoy estoy triste, se siento sola y vacía. Estoy cansada, enferma y vivo dentro de un dolor intenso que se convirtió en agonía.

El tiempo se me acaba; y no puedo recuperarme para darte todo lo que necesitas. Creelo. No sufro por el cambio, sino por su rapidez.
Me duelen las perforaciones subterráneas, las bombas que arrojan en pruebas y en los sitios de guerra. Las vibraciones acústicas lastiman mi alma. Mi corazón sufre con tu cólera, tu odio, tu resentimiento y tu avaricia.

Trato de gritarte y pedirte ayuda, pero no me escuchas. Te pido auxilio al alterar los ciclos de la naturaleza, con terremotos y maremotos. Cuando despiertan los volcanes e incluso con la nieve que se agota en las montañas.

Quisiera tanto recobrarme y sanarme, para así darte mis recursos… para que seas feliz. Quiero seguir sosteniendo tu vida. Continuar brindándote amor y recibirte en mi lecho, aunque tengas que irte de mi lado.

Sólo te pido que me brindes un día. 24 horas que te sirvan de descanso, para convivir con tus seres queridos. Para mí, eso será sólo un momento de par y armonía. Un instante que me permitirá seguir con vida. Tomar un respiro y poder tomarte en mis brazos y demostrarte que eres parte de mí. Un momento, que me permitirá seguir dándote luz, calor y vida.

Ahora, sólo te toca a ti. Tú decides si me ayudas, mientras tanto recuerda esto hermano… Te amo, por ello quiero que seas feliz.
Besos de tu hermana Tierra.