La corriente rebanaba los bordes.
El viento dejaba ver la roca roja.
Los arbustos angostos sonaban.
La música de los cervatillos se perdía.
Los oteros errantes no se dejaban ver.
La maleza se trasladaba con la mirada.
Los milagros en forma desconocida
Sembraban la duda negligente
Entre los que todo admiraban.
Admiraban mucho por temor
A la naturaleza plena de irisaciones.
Aguadulce, junio de 2009
José María de Benito
Texto agregado el 22-06-2009, y leído por 123
visitantes. (4 votos)
Lectores Opinan
04-07-2009
Es bien especial tu poesía, tiene un carácter especial, posee un temperamento y una fuerza muy peculiar, es diferente y me gusta. online
inteligente forma de llevar la realidad de como todos vemos diferente las cosas y podria añadir la frase todo es como tu qieres verlo ese es tu espejo
***** guero
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