se cierren en torno
al martirio que supone
la existencia de tus
dioses, de tus
religiones anticipadas
a la muerte de los
que no pueden,
tú caucásica elemental
grandilocuente
reminiscencia ante
los pesares de
quienes no podemos
recordar más
allá de nuestra
última muerte...
... Y la serpiente en
el cuello desangrado
no es más que un
recuerdo de
quienes no pudieron respirar jamás.
...
¡Se nos vienen las solemnes! Hace miedo... Y la sed que sucumbe a las entrañas rosadas se dilata en los ojos amoratados...
Texto agregado el 21-06-2009, y leído por 112
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