Reunidos a la luz de una vela los espiritistas buscaban contactarse con el mas allá. Vestían túnicas blancas, sombreros puntiagudos, con extraños símbolos en su centro.
De pronto el Médium dijo:
-Si están allí, háganlo saber- Silencio hubo por respuesta. Tiempo después y algo frustrados, decidieron cambiar las túnicas por trajes amarillos con símbolos aun mas complejos.
-Sí están allí háganlo saber- Nadie respondió y así fue durante toda una hora. Entonces alguien dijo:
-Tal vez si bebemos algo de brandy nuestras sensibilidad se agudice.- De inmediato el dueño de casa, trajo dos botellas sirviendo en sendos vasos.
-Sí están allí háganlo saber- Igual resultado, nadie respondió.
-Quizás deberíamos seguir bebiendo.- A lo cual todos asintieron sin contradicciones. La reunión continuó entre copa y copa.
Siendo las tres de la madrugada, se presentó un tal Thomas Black, muerto por bala hacía ya cincuenta años. Cuando el espíritu vio donde había caído exclamó aporreando la mesa:
-¡Vayansé al Demonio! ¡Payasos!-
Lamentablemente todos estaban demasiado ebrios como para escucharlo.