Tu imagen me tiene atrapada. Absorta entre el viento y tu boca vuelo sin espacio por tus infinitas distancias. Me derramo diáfana en tu cuerpo como cualquier hoja ya marchita en un mojado otoño. Dejo derretir mis manos y mis ojos en tu piel desconocida y suave… Y vuelvo a sentirme recordada en ti, intentando saborear unos momentos sin forma. Noto acumularse tus besos en mi piel, y veo la lluvia caer de nuestros labios aplastando delirante las mil brillantes luces que brotan del silencio. Mientras… Yo trato de surcar tu cuerpo inagotable una vez más, y adherirme un segundo al deseo que permanece vivo, chorreante… Para ceremoniosamente reducirlo con mis manos a un solo punto… Mágico y brillante…
Texto agregado el 20-06-2009, y leído por 172 visitantes. (6 votos)