REMORDIMIENTO
Tomas los naipes que permanecen sobre la mesa
Los esparces en el sucio mantel manchado de sangre,
Cae uno por uno bajo la sorpresa de tu propia mirada.
No esperabas eso de mí.
Subestimas mi lado oscuro.
Estás observándome.
Te miro de reojo, estoy provocándote, eh?
Pero si no estoy presente.
El viento pasa por la rendija
de aquella ventana que siempre dejas abierta.
Alborota tus cabellos, golpea fuertemente tu rostro
Mezclando sudor y lágrimas.
Siento tu miedo. Cómo lo siento.
Respiro tu olor putrefacto.
Lo respiro y hueles a mí.
Ves mi sombra sobre el mantel,
No te permite distinguir entre
Corazones, bastos...
Da igual…El juego terminó.
Permaneces en silencio,
Un escalofrio recorre tu cuerpo.
Volteas hacia la única salida existente
Tratando de ver mi rostro.
Escuchar mis pasos.
Adivino tus cartas?
Deseas ver las mías?
Perdiste de nuevo?
Ganamos ambos?
Sonrie,
Siempre habrá un As bajo la manga.
Insistes con eso…Que estoy provocándote, dices?
Susurro al oído, mi lengua en tu oreja, mi risa, mi llanto…
No te distraigas. Mira tus cartas.
Todavía, una ronda más.
Nos jugamos tu vida, o lo que queda de ella.
Te levantas, tu respiración está agitada
la mesa cae a un lado.
Escuchas mi nombre y paraliza tus sentidos.
No logras gritar, salvarte.
Es sólo el viento,
Se lleva los naipes consigo.
Es el viento. Sólo eso.
Y sigues, Que estoy provocándote?
Me meto en tus sábanas, te acaricio en la ducha
Abrazo tu espalda, das vueltas en la cama.
Pero si yo estoy lo bastante lejos…
Lejos de este mundo.
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