le dicen cucho. es de tamaño mediano. aúlla todas las noche como quien saluda fantasmas. la gente del barrio le teme. piensan que tengo a un diablo porque mi perro parece demonio aunque sea de tamaño mediano, mirada profunda y de ojos negros e iris demasiado expandida... todos los días le saco a pasear. llevo bolsitas de plástico para recoger sus eses. la gente nos observa inquisidoramente, todos los días y cuando lo hacen levanto la bandera de plástico blanca, limpia y sin eses de mi cucho. el siempre sale a la calle contento y con ganas de correr sin parar. una noche le solté y por más que le busqué, no le pude hallar... regresé a casa sintiendo que no le volvería a ver mas, pero, a eso de la media noche, escuché sus aullidos. salté de la cama y ya en la puerta de casa sentí un gran escalofrío en la espalda... ¡fantasmas!, sentí y pensé. mis manos se congelaron en la puerta y luego se encogieron, así como la cola de un perro asustado. decidí regresar a mi lecho, ponerme un tapón en las orejas y esperar al día siguiente... no pude dormir toda la noche, menos mis vecinos... salté de la cama apenas vi un claro de luz y corrí hacia la puerta de casa. la abrí y vi al cucho durmiendo en la entrada de la puerta de casa. le llamé y éste se levantó con pereza. pasó delante de mí y fue a buscar su plato de comida y su tazón de agua... me puse a pensar si cucho retornaba por egoísmo o lealtad... no quise pensar mas y me encaminé hacia la ducha cuando escuché sonar el teléfono. sabía quién era. levanté el fono y era uno de los vecinos, aullando como mi cucho, gimiendo como quien no ha podido dormir toda la noche... está bien, no se preocupe que ya me encargaré, le dije y seguí mudándome de ropa, rumbo hacia el trabajo. antes de salir por la puerta de casa me fijé en mi perro. estaba comiendo y ha punto de enroscarse a echarse a dormir... chau, le dije a mi perro. este volteó la mirada, se levantó de su lecho, y me lanzó aullidos como quien advierte un fantasma mas... me miré el cuerpo, las manos, luego, decidí no salir más allá de la puerta de casa…
san isidro, junio de 2009
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