Y los memorams también...Es como una taza de té. Un té negro para la mente, un té verde para el alma; para la visión que se vuelve de cristal al extender la mano a través del espejo y tomar lo primero que el viento acerque a tus dedos; un alma perdida, un alma olvidada, una vida en tinieblas, una llama infernalmente sutil. Es observar y vivir del otro lado del espejo, en esas pléyades donde soy un espectador más; pero me gusta observar, me gusta entender desde la distancia y desfigurar aquellos rostros que se ven hundidos en tanto pesar; cuestionarlos sin siquiera hablarles de cerca; y sí, sigo de este lado del espejo. El humo toma forma de palabras, de letras, de expresiones y visiones que se dan con una naturaleza tan hermosa que asusta; y tú, sentada en aquella seta de color marrón sólo observando, sintiendo, explorando, confabulando, probando el instinto infantil que me recorre, que te recorre; extiendes tu brazo y enredas el humo nebuloso entre tus dedos, juegas con el. Has cruzado el espejo, lo has roto y lo has reconstruido de nuevo, lo has soldado con esas llamas que surgen de aquellos abismos en donde siempre has estado pero al fin te he encontrado; me has cortado con los fragmentos etéreos que han quedado del espejo, esos fragmentos antiguos y llenos de historias de parábolas míticas. Esos segmentos que has renovado con la tibieza de de tu tacto, con el misterio de tu sabor, con el frío de tus sinsabores y lo infantil de tus finas miradas que muestran un afable escozor en tu tacto, en tu aroma, en tu densidad invisible que me hace observarte a través y por lo mismo, sentirte.
Lindo pajarillo que cuentas con alas de murciélago, vuela, vive, eres nuestro espía del otro lado del espejo; te esperamos, te vivimos...te observamos...Feliz no cumpleaños...
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