La delicia del amor.
La delicia de compartir contigo lo mucho del amor que en tu corazón habita, me llena de plena grandeza.
La delicia de pasar contigo unas horas de mi día, me hace sentirme más especial, tú me das lo que me falta en mi vida.
El amor es azúcar cuando tiérnamente te abres a mí, cuando cada vez que me alumbras con tu mirada, me haces ver la luz del sol en tus ojos de miel.
Vivir contigo un fin de semana, no son sólo dos días, es una vivencia que se queda impregnada en el espiritu, y que poco a poco se va introduciendo en mi memoria registrándose para la eternidad.
El mayor regalo de esa delicia del amor, es pensar en el almíbar de tus besos, en el cálido corazón con él que me hablas, con él que te acercas y me suplicas.
Tús súplicas se mueven con esa intensidad sana y hermosa, con ése ímpetu de humanidad impregnada en una solidaridad sin igual.
La calidad de una relación contigo no tiene precio, no conoce con cuánto empieza y no sabe jamás cuándo acabar, un amor que tiene siempre un comienzo pero que nunca encuentra un final.
Beso a beso, mirada a mirada, me haces ruborizar. ¿ Más qué delicia puede esperar uno de una dama que sabe amar, que sabe estar, que sabe cómo se accede al corazón del otro con el conocimiento innato del saberlo habitar ?.
Te quiero por ese pequeño secreto que en tí veo anidar, por esa inteligente mente que sabe mecer lo justo en el momento oportuno, por esa salsa que te envuelve y con la cuál te mueves con firmeza hacía un certero futuro, pués cada movimiento que realizas, lo dás con sabía puntualidad.
Sin tí hoy iría a la deriva, hoy estaría en la punta de la roca tocando el tormentoso y delírico mecer del mar ... abrázame y lleváme contigo, cada vez que lo hagas me sacarás de mi sordida soledad.
Siempre estarás en mi corazón, que tu delicia de amor nunca muera, conviértela en una llama que en todo momento arda y no se consuma jamás.
Escrito por Carlos Them
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