Espuma blanca.
Espuma blanca que pareces cómo nacida entre un torbellino de pasiones.
Espuma blanca mecida y revoltosa, peligrosa en tus idas y venidas, afanosa de conseguir ese trocito de roca dónde morir.
Espuma blanca y salada, traes y llevas de todo un poco, bajo la luna con la marea te elevas, bajo el sol nos arrollas.
Los barcos que meces navegando sobre tí, son tán solo aquellos con los que juegas cómo si fueran simples partes flotantes, pequeñas e insignificantes, tan sólo visibles por sus colores.
Tu poder es tan grande, que ni siquiera uno de esos mastodontes de metal ó madera son capaces de sobrevivir.
Espuma blanca que cada vez que te mueves, remueves y espabilas a aquellos que en tu regazo se refrescan y se embeben entre tus sales purificadoras.
Espuma blanca, dulce y a veces traidora, compañera y otras muchas verdugo, ahí te tenemos siempre, nunca te agotas, jamás te escondes, siempre sabes dar la cara con tu bravo empuje, eres el consuelo de muchos y el tormento de algunos otros.
Cuando tu humor cambias, cuando el viento te hace irritante, cuando tu amargura es grande y golpeas con fuerza y dignidad, entonces es cuando el rey Neptuno usa su tridente y nos hace recordar que él es el que manda en el mar.
Escrito por Carlos Them
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