Detén el momento, hazlo eterno, paraliza tu universo. Luego revívelo, recuerda ese instante mágico, guárdalo dentro de tu corazón y cuídalo como un tesoro.
Te sentiste plenamente amada y, aunque el tiempo corra, las personas cambien y las vidas continúen, los momentos más felices son los que te hacen, los que te forman como hijo de Dios que te creó para ser feliz.
Quizás ese hombre que te hizo creer la mujer más plena de este mundo se haya ido, déjalo ir, no era para ti, pero ese momento, el que un día el te hizo vivir, consérvalo. Sí te amó, pero nada es eterno, así como tampoco será eterno ese instante que viviste, fue sólo eso, minutos, horas, días, pero consérvalos en tu corazón. Fue bonito y tu lo sabes, tu corazón un día gritó de felicidad aunque ahora esté sumido en una profunda tristeza. Tranquila, vendrán otros momentos que sabrás también albergarlos en tu corazón, y así sucesivamente... esa es la vida amiga mía.
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