Fuego, fuego...
y la noche oscura los apremia una vez mas,
son dos aves que en la sombra se encuentran
y recrean su mundo,
sus risas,
sus llantos.
Alzan sus brazos ardiendo,
y comienzan el bello zig-zag de volar sobre sabanas mojadas.
el la besa,
ella lo abraza,
y pintan caricaturas de colores:
blanco, rojo, negro...
viven su desnudez.
Luego, cuando se quiebran los cristales,
y la luna ya no sostiene su noche,
las sombras desaparecen,
los cuervos se visten de plumas negras,
y vuelan en soledad,
hasta cuando el ocaso dicte de nuevo el encuentro,
y los ropajes se vuelvan a quemar.
Fuego, fuego... |