Donde el frío…
Y la noche calcinante,
Caen en la espesa niebla,
De la soledad crepuscular…
¡Desesperado!
Corro entre lapidas perdidas,
¡Esta ahí, me persigue!
Siento su aliento en la nuca,
No la vi, pero es ella.
La única que me busca,
Que me llama en mis pesadillas.
Los árboles teñidos en muerte,
En gris muerte,
Me llevan a la penumbra cripta,
Cripta ya soñada,
Nunca vista.
La vaporosa noche
Yace rendida a su encanto…
¡Esta aquí!
La cripta es mi destino.
Juega conmigo,
Me llama, carcajea,
Me empuja,
Y caigo rendido.
Y entonces…
Entre la noche oscura
Y el vapor de miedo,
Aparece su figura lúgubre
Rascando la piedra,
Inquieta, sonriente.
Es ella…
Que me abraza
En su manto…
Esta muerte.
¡Maldita!
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