Primero de Octubre ....

Laura había terminado su trabajo de la universidad y se disponia a tomar un relajante baño de espuma.
Laura vivía en una lujosa mansión a escasos kilómetros de la ciudad.
Compró la grandiosa finca el año anterior y la acomodó rápidamente.
Los padres de Laura murieron en extrañas circunstancias hacía ya dos años y ella heredó una enorme fortuna. La fortuna Hemaldi.
Laura tuvo ganas de salir de aquel contingente de polución y alquitran al que llamamos ciudad, para estar en su relajante mansión lejos de los ruidos y el bulleante ir y venir de tanta gente.
Laura Hemaldi tenia veinticuatro años y estaba estudiando Psiquiatria.
Ansiaba poder acabar su carrera y fundar su propia clinica.
Ya tenía comprado el solar donde edificaría la Clinica Hemaldi.
Laura era bella, si, era realmente una dulce muchacha que enamoraba sólo con mirarla.
Su largo pelo rubio, sus ojos verde claro y sus rosados labios .... todo un sueño para cualquier jovencito de la universidad y mucho más de la clase donde Laura estudiaba.
Uno de los chicos que siempre estaba rondando a Laura era Peter, Peter Quinn.
Tal vez, Peter Quinn no fuera el chico más apuesto de la clase ni tampoco de la universidad,
pero era tan cariñoso y tan elocuente, tan servicial y tan gentil en todo, que Laura ... bueno digamos que hacía un tilín especial en Laura.
Uno de esos días en los que Peter era invitado a casa de Laura, que no eran pocos a decir verdad, llevó una botella muy especial para la cena.
La botella era de un champagne francés bastante caro.
Laura quedó extrañada, porque Peter no era de los clásicos a los que les gustaba beber precisamente.
La botella fué abierta nada más llegar por Peter en la gigantesca cocina de la mansión Hemaldi.
Cogió dos elegantes copas y sivió el champagne muy frío en las mismas.
Esa noche hacia calor y apetecía algo fresco realmente.
Ofreció una de las copas a Laura que llevaba un vestido un tanto procativo y que hacía muy deseable su silueta a Peter, a quién se le pasaban miles de ideas por la mente, mirando a Laura.
Laura al tiempo, disfrutaba viendo como a Peter se le iban las ganas con la mirada recorriendo su insinuante y atrevido vestido.
Laura preguntó a Peter algo que le dejó atónito.
- Peter, ¿ Te gustaria pasar toda la noche conmigo en mi casa ?.
Peter no sabía que contestar, aunque la sola mirada que puso, fué una respuesta muy sincera para Laura.
Por supuesto que deseaba pasar la noche con ella. Qué pregunta !.
¿ Quién no pasaría la noche con una mujer como Laura ?.
Peter al final se decidió y contestó a la pregunta de Laura.
- Por supuesto :), desearía pasar toda la noche contigo, es un sueño que no me perdería nunca.
Laura comenzó a reir y con una pícara mirada susurró a Peter.
- Entonces quédate, me he vestido especialmente para tí esta noche.
Peter no salía de su asombro ... ¿ vestirse especialmente para mi esta noche ?, ¿ qué estará tramando Laura ?.
Laura tomó la mano de Peter y le dijo:
- Vamos al comedor, la cena nos espera Peter.
Peter al tiempo que empezaba a moverse arrastrado dulcemente de la mano de Laura dijo:
Si vamos, no dejemos que se enfríe ... y sonrió de una forma cariñosa y especial.
Laura hacía tiempo que se sentía atraida por Peter Quinn, el chico tal vez menos apuesto de los que ella conocía, pero el que tenía más delicadeza y mejor corazón a su juicio, aunque a decir verdad, bien mirado era un chico que se podía considerar interesante.
Laura quería esa noche demostrar lo que sentía por Peter y devolverle las muchas veces que el estuvo atento, especialmente aquellas en las que tanto la ayudó en sus problemas personales y en la universidad.
Laura quería hacer el amor con Peter, quería que Peter sintiera placer junto a ella y comenzar un dulce noviazgo con él.
Cenaron con una agradable música de salón, rosas rojas en el centro de la mesa y la luz de las velas.
Fué la cena más romántica a la que nunca hubieran invitado a Peter. Laura era sin lugar a dudas una excelente anfitriona.
Acabada la cena, Laura se levantó de la mesa, acercándose donde estaba Peter y al mismo tiempo que cogía y abría una lujosa caja de madera le preguntó si deseaba fumar un puro habano.
Peter cogió uno y sonriendo la dijo: "Magnifica cena Laura :) muchas gracias".
Laura respondió: "a ti mi querido Peter, por tantas cosas como me has dado a lo largo del tiempo que te conozco y porque ...."
Laura paró un instante y acercándose a los labios de Peter volvió a decirle, "y porque te amo Peter
Quinn", a lo que siguió un dulce beso que dejó totalmente perplejo a Peter.
Aún no había caido en la cuenta de lo que Laura le había dicho, pues el beso fué como un sello que le cautivó por completo. Peter Quinn había sido besado en sus labios por la chica más chic de la universidad.
El puro que permanecía entre los dedos de Peter esperando a ser encendido y disfrutado como la elegancia en su categoria así lo exigia, empezaba a moverse de una manera tan vacilante, que Laura preguntó a Peter, "¿ quieres fumarlo ahora ?."
Peter todavía en las nubes del beso y saliendo de dicho trance, contestó: "No Laura, lo dejaré para más tarde, si no te importa :) gracias."
Laura cogió de la mano a Peter y le dijo: "Peter deja entonces el puro en la mesa, por favor. ¿ Te gustaría ver mi habitación ?"
Peter se sobresaltó un poco y respondió: "¿ Tu habitación ?". No me dirás que ahora quieres hacer el amor conmigo Laura, hmmm ?"
Laura cogiendo con más fuerza la mano de Peter contestó: "Aha y si te digo ..... que si, te amo Peter y quiero hacer el amor contigo ahora ...."
Peter casi cayó al suelo sino llega a ser porque Laura lo tenía bien cogido de la mano.
Laura dijo: "Vamos Peter Quinn, no creo que sea la primera chica que te invita a su cama verdad?, anda vamos, quiero sentirte cerca de mi y hacer el amor contigo."
Laura seguida por Peter a quién llevara como a un chico su madre, subió las elegantes escaleras de caracol que comunicaban las dos plantas .....
Una vez llegaron a la parte de arriba, Laura se dirigió con rapidez hacia una de las puertas y abriéndola se introduzco en la dependencia.
Peter, que era la primera vez que sus ojos veían aquellos aposentos, parecía alucinado creyendo estar en una suite de un hotel de cinco estrellas.
Si, porque aquello es lo que parecía el dormitorio de Laura.
La magestuosidad de la habitación era realmente la de una princesa ó una reina.
Laura se detuvo delante de la cama, un hermoso lecho que parecía complacido esperando que ambos se introdujeran bajo sus sabanas de satén.
De espaldas a Peter, Laura bajó la cremallera de su provocativo vestido el cual cayó de golpe hasta su cintura.
Mientras de reojo, miraba a Peter.
Peter quedó anodadado ante la belleza del cuerpo de Laura.
En un instante Laura giró sobre si misma con la gracia de una modelo dejando caer del todo su vestido, quedando desnuda totalmente frente a Peter.
Poniendo una dedo entre sus sanos, bonitos y blancos dientes empezó a mirar a Peter con picardia.
Peter estaba cómo alucinando en colores, inmovil, sin pestañear, complacido, aturdido, todo a la vez.
Laura susurrando dijo: "¿ Te gusta lo que ves Peter ?, ¿ Me deseas ? ...."
Peter contestó: "Si te deseo .... Te amo" ... y su mirada se deslizó con un apetito feroz por las curvas de Laura.
Laura invitó a Peter a desnudarse, mientras ella preparaba el lecho de amor.
La sutileza era algo muy especial en Laura, moviéndose de una forma sexy, dejando que Peter disfrutara a sus anchas de su estupendo cuerpo desnudo.
---
Por fin se veía despuntar al sol con su sonrosado color, trás una noche de amor salvaje como nunca disfrutó Peter.
Laura si habia disfrutado noches como esta, pero no con tanta efusión.
Sus amorios con los hombres no fueron nunca tan intensos como en esta noche mágica con Peter.
Peter Quinn era sin duda alguna su verdadero amor, su principe azul.
Él era aunque fuera increible incluso pensarlo para Laura .... el hombre de sus sueños.

Escrito por Carlos Them.

© Copyright Carlos Them 2005. Todos los Derechos Reservados. All Rights Reserved.