IRREVERENCIA


Tengo sueños vivos,
sueños muertos,
barcos viejos
amarrados en mi puerto,
y una luna
de nostalgia
es la marea
acariciando
en su vaivén
mis desengaños.

Cargo
en mis alforjas
ya rasgadas
los testimonios
de mis causas oxidadas,
las cicatrices
de disputas por la nada
que se quemaron
en el sol
de mi jornada.

Arrastro
en lo banal
de mi existencia
retos a duelo
que libré a capa y espada,
por sinrazones
de verdades muy livianas
que acumuladas,
bajo folio
en mi balance,
son camposanto
de mil naves encalladas.

Quizás
pronto se suelten
mis amarras,
su ley
sabe de sobra
mi condena,
espero
oír de su voz
esa sentencia
que me conmine
a entregar
mis pertenencias.

Solo un dislate
agregaré a mi cuenta,
cóbrame por pecado
irreverencia,
pido un instante más
para mi tiempo,
una milésima más
de tu clemencia,
la llama de tu fuego
arde en mi pecho,
no me llames aún,
estoy amando.