No sé como llegué hasta aquí, esto no es mi realidad, ¿porqué veo mi hogar de otra manera?, ¿o es que acaso siempre fue así y yo no lo sabía?. Ya no sé que es verdad y que es mentira, pero aún sigo aquí envuelto en mi propia imaginación tratando de buscar lo más racional dentro de un mundo desconocido, una realidad que acabo de descubrir.
Venía como todos los días camino a mi casa junto con Claudio mi mejor amigo, conversabamos temas del colegio, en especial de una compañera que me gustaba mucho, el me escuchaba y me daba consejos como siempre lo hacía. Pero comenzé a notar cosas extrañas como su tono de voz que ya no era el mismo, las calles de mi población estaban vacías, las casas estaban viejas y caidas como si de la mañana hasta ahora ubiesen pasado como 20 años, las luces del foco que estaba frente a mi casa estaba quebrada. Antes de llegar al portón de mi casa se atravezó un mendigo, decía cosas extrañas que no entendía mucho, luego me comenzó a llamar como para que me acercara, y el desquisiado se desabrochó el cierre del pantalón dejando a la luz su genital como queriendose burlar de mí. Detrás de mi salió un señor vestido de blanco a detenelo, no sé de donde habrá salido porque jamás lo había visto, y lo más curioso de todo que Claudio ya no estaba, ya todo comenzaba a ser ilógico, era como un sueño en donde uno es capaz de traspasarse de un escenario a otro, pero esto no era el caso. Todavía faltaba lo más importante, cuando abrí la puerta de mi casa descubrí lo más terrible, estaba completamente vacía, las paredes agrietadas y daba una sensación de años de abandono, el olor a humedad era insoportable. En ese entonces sentí que todo se me derrumbaba, mi vida, mis ideas, mis sueños porque todo era mentira, toda mi vida era una mentira.
Comenzé a recordar como mataron a mi madre hace 5 años atrás justo en el lugar donde estaba parado, Claudio mi mejor amigo quiso ayudarme interponiendose entre los disparos que de unos de los reveldes de la opocición politica de mi país.
Me arrodille y me puse a llorar, mientras que el señor de blanco que había visto hace un rato comienza a explicarme como e vivido en un centro de ravilitación durante estos 5 años, que nunca e podido superar la muerte de mi madre ni la de Claudio que era como mi familia.
Ahora estoy consiente que vivo en un manicomio, pero aún sigo viendo a Claudio y mi madre esperandome todos los días con una rica comida. No soy capaz de distinguir que es real y que es mentira, ni tampoco creo que lo llegue hacer algún día.
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