Cuando fuí flor de tu jardín olvidaste que me tenias ahí, ahora que en gavilán me convertí te acuerdas y lloras por mi. Mientras por tí me consumía de amor tu te burlabas y me causabas dolor, ¿por qué no correspondí a su pasión? te preguntas y me llamas con fervor. Ahora que admites que has fallado y que mi amor ya no has alcanzado me lastimas con tus ruegos mal labrados pidiendo que por ti extienda mis brazos. Mis ojos lastimas con tu llanto, y mis oídos al escuchar tu canto, es tarde, se rompió el encanto y aún así...¿por qué me duele tanto?...
Texto agregado el 11-06-2009, y leído por 222 visitantes. (5 votos)