Hubo noches que escribía directamente acá, así, de esta manera. Nada de borrador, ni de continuaciones. Directamente.
Ahora ya no viene, ya no baila en borbotones la inspiración. Las ganas.
Noches tecleadas intensamente, con la fruición del púber al lamer con los ojos las páginas satinadas de Playboy, ya no se repiten.
Ni para ganas de enfrentar a los imbéciles de siempre.
Me ha abandonado. Me ha abandonado? Quiere decir que va y viene, como si se tratara de un tío vago, entrando y saliendo de las personas? Maldito huésped!
En una de esas se ha volatilizado. Luego de subir un raquítico texto, no he podido escribir en meses.



Cero.