No soy luz. La noche oscura
en todo caso, una mirada
que no alcanza para un vuelo.
El suelo firme, tal vez, apenas
una balsa apacible en la marea.
No soy antorcha, nunca hoguera
incendiaria de malezas. Quizás
la lluvia que encierra en la caverna
a cuatro ojos más bien desamparados.
Al revés, pozo en cielo, muro
en puerta; la verdad está tan
duro el pavimento, está tan
lejos el momento en que en la noche
la tormenta electrice incandescente
el firmamento que no soy.
Texto agregado el 11-06-2009, y leído por 223
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