En un parque de columpios y toboganes llegó Ratoncito con su nueva capa de funda plástica, era increíble lo bien que le quedaba en combinación con su antifaz de color verde.
El lugar estaba repleto de niños de diferentes edades y el bullicio era irresistible, Ratoncito tenía que buscar el tobogán más alto y desde allí lanzarse y realizar el vuelo más fantástico jamás visto, ese era su gran sueño. Por eso salió corriendo a toda velocidad evitando pies por toda parte, muchachos chillaban al verlo cruzar, otros ni se dieron cuenta de su recorrido, hasta que llegó todo cansado y con la lengua a fuera.
Estando arriba en el tobogán todos los observaban, algunos con pánico, otros con admiración, hasta que se deslizó por el tobogán como todo una gaviota en puntada, con los brazos abiertos, fue muy largo el recorrido, viendo las estrellas a su alrededor, volaba como si fuese un águila en lo más alto, todo se veía diferente desde el amplio cielo, hasta que fue descendiendo y llegó al suelo lleno de satisfacción, fue tanto que llamó la atención, que tuvo que salir a toda prisa sin despedirse, porque se le voló su capa.
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