Hoy escuché tu nombre en cada conversación, sin embargo no entendía de que hablaban; tú tan presente en tu ausencia y yo tan ausente ante todos.
Mire que cada espejo me regresaba una imágen distinta al ayer, un brillo a tu estilo... mas no estabas, era tu recuerdo en mi cuerpo, rebosante, tan a flor de piel, tan tú.
Hoy llovió, bueno... cayeron unas gotas del cielo que solamente dieron brillo a todo alrededor e igual como las nubes llegaron con la intención de opacar la claridad, se fueron abriendo un nuevo panorama tan repleto de ti. Hoy esta brisa roza el tiempo, el aire es caliente y huele a ti, a tus abrazos atemporales, a tus labios persistentes.
Hoy todo alrededor huele a ti y no me canso de aspirarte, retenerte, soplarte con una sonrisa.
Es cierto que te extraño, cierto que ya no puedo tocarte, cierto que el presente se vive en tu vacío; pero no puedo evitar sonreír al pensar que te tuve, me tuviste, que pasó lo que creí no sería posible. Y sonrío porque sé que todo lo bueno vuelve y tú y yo estaremos de nuevo en el mismo camino, es cuestión de tiempo, el mismo que te tomará llegar a mi después de esta breve pausa que hemos tenido. Sonrío, como cada día, por ti.
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