Yo me llamo Rosario Pascual Lira;
nací en la Ducal Villa de Osuna;
donde un gran Bachiller tuvo su cuna
y el halo de sus huellas se respira.
No me trae hoy aquí la vana mira
de alcanzar, con mis versos, sol o luna;
estar entre vosotros ya es fortuna:
ilusión que, alentándome, me inspira.
Medio siglo en el pueblo de Paradas
ejercí de matrona y practicante,
reñida con la pluma y la almohada:
Siete hijos, viuda, y al pueblo dada,
de quietud no gocé un solo instante
y clamé por ser vieja y jubilada.
En Sevilla hoy vivo liberada,
y, aunque tengo a Morfeo por amante...
¡con la pluma flirteo de madrugada!.
¡Un soplo de esperanzas e ilusiones
aliente nuestro espíritu caído;
y un solo pensamiento, al bien asido,
quebrante nuestras bajas ambiciones!.
¡Que se ahilen de amor los corazones
sean de pechos triunfantes o vencidos!.
De gracias, ¡todos somos merecidos
por vivir y morir en aflicciones...!.
¡El rico y poderoso, en paz no vive;
no vive en paz quien fue desheredado;
ni aquel que nada ansía..., feliz vive ¡.
¡De una señal el bienaventurado
que diga ser feliz, y no percibe,
de la piedra y la sangre, el grito ahogado!.
Si del dolor se siente enajenado,
y, sordo y ciego, entre nos convive...,
¡sin remedio, ha de ser un desgraciado ¡.
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