Mimosa,
te encuentro en el jardín plantada junto a las rosas.
Con sus espinas reinas hermosas, lloran heridas.
Tu eres mi esposa y ellas las hijas de mi derrota.
Duerme tranquila, dulce vigilia, que en esta historia...
Nadie respira, nadie te toca, nadie te mira
Mientras reposas.
Texto agregado el 27-05-2004, y leído por 205
visitantes. (2 votos)