Cuando las copas de vino, embriagan mi alma con su inconsolable abandono
Y un gélido desasosiego desprende mi repulsivo semblante de la suave mañana
Se que estas allí, con los brazos abiertos ofreciéndome el cobijo de tu amistad
Cuando los ángeles lloran inconsolables
Y los demonios claudican al amor y al desdén
Tú, con una mirada, desvaneces mi enojo y mi desvelo
Eres sincera, tan amigable y tan linda
Solo tú sabes escuchar con paciencia los chillidos de los demonios que gritan enloquecidos y con el brillo de tu misericordia convertirlos en las suaves tonadas que emiten los ángeles con sus arpas doradas
Si el cielo se cae, si el infierno se congela con tus lamentos
Si todos se olvidan de ti, y te hacen sufrir, amiga yo aquí seguiré
Eres especial, diferente a las demás, no te burlas de los hombres que caen del cielo incrustándose en filosas hojas de cristal
Y agonizan suplicantes una gota de sal
Parece que tus manos absorben la ira
Si estoy enojado, tu pureza me hace sonreír
Agradezco tu apoyo en los momentos más intolerantes
En esas mañanas en que quisiera gritar, y no hablar con nadie de la idiotez que me acoge
Agradezco tu paciencia, y tu serena amistad
Y aunque tú no me hables, y con el tiempo olvides quien soy, en mí siempre tendrás un apoyo incondicional, mi amiga más extraña
A ti que con confianza y verdad forjaste un lazo con zafiros desde el cielo
Y un espacio del universo, diste cavidad a una lluvia de amigables destellos, que se incrustaron en el pecho de más de una criatura
Cuando en mi rostro la locura, dibuja un gesto de miseria y terror
Cuando estoy enojado, colérico ó débil
Tú me haces sonreír sin motivo aparente
Tu amistad y tu afecto cubren con porcelana los bosques
Esa mirada tierna en la que un desborde de afecto cae al piso
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