Eras un vino de rulo
una centella muriendo
el mal sabor de un remedio
o murmullos bajo cero
Olor a coño pasmado
palmera de náufrago amargo
el séptimo punto aparte
de un cantar de cantares culeado
Estómago de rumiante
llorando la luz de Antares
rugido de tigre amarillo
nudillo en la estatua de hierro
Eras un trozo de cerro
queriendo volverse llanura
una comilla incompleta
eras casi toda tetas
casi toda dulzura
Eras taco viejo clavándole al piso
ladillas del Monte de Venus
eras un garabato artero
un cocimiento de perros
Eras pena insufrible
el iris de un pájaro triste
isla colmada de guano
frontera de Estado africano
cuando mirabas mi cara
eras como un mono raro
de esos rayado a pasta
en la última hoja vacía
del cuaderno de castellano
Eras pulpa de sopa espartana
yegua sorda y flaca
como no hablas mi lengua afirmo
que eras bien maraca
pero es para que entiendas
que no fuiste del todo blanca
Eras en mi chaqueta
ciento veinte litros de agua
iba fundando tus ríos
por donde pesado pasaba
los hueones de la esquina
me gritaban me gritaban
trágala y méala lejos
en donde no te ahogue el alma
Contigo bailaba la cumbia
toda la historia reciente
porque costaba poco
porque sabías a verde
ni tan exigente a los locos
ni costosa a los rebeldes
es que eras dominada
por una bravura candente

Eras tanta, tanta, tanta
weá diferente