Prefiero decirte todo lo que siento por tí, ahora que estas viva y no cuando partas al infinito y yo no pueda ver tu rostro.
Te has partido el lomo trabajando por mí, madre mía, eres el más dulce regalo que la vida me dio.
Mi padre me donó la semilla, pero quien hizo todo el trabajo fuiste tú.
Por eso yo quiero recompensarte, por tan arduo desempeño en mi crianza.
Me formaste con dones inigualables, me hiciste única e irrepetible, no necesito que se mayo, para decirte que te adoro.
Que todas las noches, en que yo no dormía por causa del dolor de mi cuerpo, estuviste a mi lado dándome de tu aliento y rogando al cielo que me diera fuerza y aliviara las heridas, y esas plegarias fueron escuchadas.
Mi padre era un hombre, muy especial, pero nada se compara, con lo que tú haces por mí.
Eres tan perfecta que Dios no se equivocó al ponerme en tu vientre.
Vivo complacida al verte reír, al tocarte, al hablarte.
Sé que TU DIOS en el que confías tanto, jamás te abandonará y por el contrario te exaltará y avergonzará, a todos los que se te hacen algún daño, porque eres una mujer virtuosa, buena madre, buena hija, buena jefe, eres el ser más maravilloso que existe en mi corazón, eres perfecta mamá.
Fue tu oración la que me levantó del lecho de muerte.
Pues cuando un ángel pide en oración por otro, todas las peticiones son concedidas.
Y TU ERES MI ANGEL
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