La mañana soleada, era propicia para viajar a la ciudad costera y adelantar con los clientes disponibles.El auto en buenas condiciones, invitaba tanbién a la gira. De todos modos, el viajar en soledad, se hace monótono. Por eso sucedió así. En la primera curva grande, apenas a dos quilómetros de la partida, una persona hacía señas, pidiendo que la llevaran. Al acercarme, aprecié mejor, a una señora de apariencia joven y con la clásica túnica de maestra. Al detenerme,solicitó que la llevara a la misma localidad , a la que me dirigía.Me alegró, tener compañia para esa hora, larga, del viaje.La conversación la inició con la presentación y la complicación que le generaba, atrasarse y perder el ómnibus de ese horario. "Que vivía con su madre, muy mayor"; "que sí, que estaba soltera" ;"que estaba enamorada de su profesión y que vivía para su escuela"; pero dándole a todo un tono infantil y como novelesco.Habló permanentemente, resaltó sus virtudes y las muchas personas que la querían bien.Pero siempre en una actitud infantil y de sesgo novelesco. Escuchándola hablar, tomé tiempo para observarla detenidamente. Extremadamente prolija, muy cuidada en el vestir, con unas manos suaves y un rostro muy expresivo. Una joyita encontrada en el camino.Pero lo teñía todo ,aquel " áura" infantil y novelesco. Le pareció bien que la dejará en la propia puerta de la escuela, lo que la mostraba libre e independiente. Antes, habíamos acordado coincidir al fin del horario, para tomar un café y volver juntos. Muchas cosas daban vueltas en mi cabeza, con tantas historias y me costaba concentrarme con los clientes. Como que las horas, fueron dando forma a una decisión.Siempre temí a las complicaciones. Voy de frente, a las cosas simples, pero me asustan las novelas. Apuré el trabajo, para regresar antes de lo previsto. En la radio, entre canción y canción, estaban pasando una radionovela. |