Vio el horizonte por última vez.
Entonces advirtió que su vida había llegado al final.
Al límite de su existencia terrenal
Y concluyó: ¿cuál es el menor mal?

Luego miró abajo y observo el infierno
Se estremeció al ver las almas congeladas sin aliento
Aletargadas en el tiempo
Y sumidas en la eterna soledad.

Después observó arriba al firmamento.
Y descubrió que no existía el cielo.
Y que éste no era cielo ni era azul.
Era sólo el firmamento tan desprovisto de Dios.

Por último miró atrás,
hacia su vida pasada
Y encontró que no había nada
Él había existido sin amor.