yo todavía cierro los ojos y a veces sigo viendo luces. pensaba que tenía el sol pegado y que iba a quedarme ciega.
en ese tiempo sangrar era más fácil, porque cuando las cosas sangran dejan de pudrirse, dejan de ser tan sagradas.
y me morí así, desangrada. ¿que si alguien me extrañó? no tengo idea.
sólo ví un bosque y las luces siempre de colores, como cuando se queda el diafragma abierto. era mi lugar, yo sabía eso. sabía que no era como estar despierta y soñando. sabía que tenía que estar ahí porque yo quería, porque no había nadie y porque me gustaba estar sola. no me podían acompañar, hasta allá no.
estuve buscando algo, no me acuerdo qué. quizá estaba perdida y había vagado por horas. quizá debajo de mí estaba el mar y algo me llamaba gritando mi nombre para que encontrara las olas, para que las escuchara. así pasó un buen rato.
había tanta luz, tanta que de verdad pensé que iba a quedarme ciega. si el mar no estuviera aquí, si no hubiera tanto olor a tierra y árboles y no se escuchara nada excepto mi respiración que no era eso, que era más o era menos yo podría echarme a correr con miedo.
pero el miedo ya no cabía en mí, ni la pena por un presente de mierda. porque no había un adentro, menos un afuera.
y comencé a ver canciones, estaban todas. colgadas de las ramas, debajo de las piedras, detrás de mí. eran mías y hablaban entre ellas. después las perdí de vista.
caminé hasta llegar a la orilla de la playa y el mar que escuchaba hace rato, desde lejos. seguí caminando por las aguas y empecé a ahogarme de a poco. me hundí en un océano tan negro y tan profundo y tan lleno de tiburones. y me mordían. traté de sentir algo, traté de sentir dolor de nuevo, traté de sangrar. pero no pude. sólo seguí hundiéndome en ese pasado que estaba ahí, que siempre estuvo ahí y que me buscaba mordiéndome que era igual a conocerme, con sus dientes radiantes, con sus dientes blancos recordándome la herida para dejar de temerle sin suprimirla, para dejarla sangrar hasta que se fuera toda lo putrefacto, todo lo que era sagrado.
y volví a nacer así, desangrada. |